El estilista de Chanel, Karl Lagerfeld, que presentó su pasarela en el museo del Grand Palais, se inspiró de “viejos modelos” de esa venerable casa, a los que dio un aliento contemporáneo. Largefeld se inspiró de una paleta impresionista, dominada por grises plateados, blancos nácar y tonos rosa pálido. Hubo también destellos de rojo rubí y azul encendido.
El diseñador alemán explicó que había buscado recrear algunos de los modelos emblemáticos de la histórica casa, como los trajes de chaqueta Chanel, y llevarlos al siglo XXI.
Se inclinó por ello por los suaves “tweeds”, en trajes de chaqueta cortos, que acompañó con elegantes lazos, o en pantalones anchos, suaves, fáciles de usar.
Lagerfeld usó también pedrería, tejidos transparentes, plumas, volantes y flores, utilizó bordados de Lesage, y presentó espectaculares vestidos de fiesta, que dejaban ver espaldas desnudas, listas para noches románticas.
El desfile de Giorgio Armani, al que asistieron las actrices italianas Sophia Loren y Claudia Cardinale, incluyó piezas elegantes, y otras espectaculares, bordadas con pedrería, en tejidos suntuosos. Dominaron las sedas y los terciopelos oscuros, en chaquetas cortas acompañando amplios pantalones.
Los colores de Armani evocaban a veces el atardecer, el azul profundo de la noche, y otras veces la luz del alba, teñida de rosa. Muchas modelos llevaban el rostro cubierto por velos transparentes bordados de cristales.







