Para Chanel el límite de los desfiles es el cielo mismo, literalmente. La rica casa de modas francesa recreó un modelo a escala real del PalacioVendome de París, el centro joyero de la ciudad, y lo remató con un cielo estrellado para su pasarela.
Esta presentación, suele realizarse de día, pero para agregarle la sensación nocturna, el desfile se realizó en la noche.
Las chaquetas a la cintura con híbridos de vestidos y faldillas en forma de campana, que se colocaron sobre faldas rectas muy entalladas fueron la sensación, mientras que los tejidos oscuros con cristales Swarovski brillaban como el cielo falso sobre ellos.
Giorgio Armani Prive dedicó su colección de vestidos a la medida en forma de columna y sus pantalones con estampados florales hechos a mano a las víctimas del tsunami en Japón.
“Homenaje a Japón” incorporaba sedas de ese país y figuras tomadas de kimonos con las clásicas formas sencillas del diseñador italiano.
Franjas de sedas teñidas destacaban entre las aberturas de las chaquetas con hombros picudos en terciopelo negro.
Las faldas tipo lápiz y prendas superiores sin tirantes acompañadas de rígidos cortes arquitectónicos parecían florecer junto con los cerezos de dimensiones grandes.
Los tocados, siempre de gran inventiva en las presentaciones de la casa italiana, estaban confeccionados de lo que parecía ser papel de envoltura japonés o una explosión de aba-nicos.
Como siempre, las creaciones eran tan ajustadas, que resultaba difícil visualizar a alguien lograr zambullirse en ellas, salvo que fuera una modelo adolescente o la actriz Cate Blanchett, quien junto a Katie Holmes engalanó la primera fila del desfile.
Y de lograrlo, se podrían olvidar de intentar caminar. Incluso las modelos, con la delgadez de un látigo, apenas sorteaban su andar sobre la pasarela sin incidente alguno.







