El cáncer de pulmón es la principal causa de muerte relacionada con el cáncer en todo el mundo, de acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS) y se estima que cada año en Colombia hay aproximadamente 9 muertes por cada 100 mil habitantes a causa de este diagnóstico.

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El UniversalEntre el 80% y el 85% de los casos de cáncer de pulmón son de células no pequeñas (CPCNP) avanzado/metastásico, según datos de la Sociedad Americana contra el Cáncer, y los tumores ALK-positivos ocurren en alrededor del 3 y 5% de estos. Además, hay una probabilidad del 25% al 40% de que los pacientes con CPCNP avanzado/metastásico ALK desarrollen metástasis cerebrales dentro de los dos años posteriores al diagnóstico inicial.
Ante este panorama y en el marco de la Reunión Anual de la Sociedad Americana de Oncología Clínica (ASCO) 2024, Pfizer anunció los resultados de seguimiento a largo plazo de un estudio clínico aleatorizado, que evalúa la eficacia y seguridad de una terapia de tercera generación, en comparación con una de primera generación en pacientes con cáncer de pulmón CPCNP avanzado/metastásico ALK – positivo, no tratado previamente.
“El CPCNP avanzado/metastásico ALK-positivo suele ser agresivo y a menudo afecta a personas jóvenes en el mejor momento de sus vidas”, dijo Benjamin Solomon, miembro del Departamento de Oncología Médica del Centro de Cáncer Peter MacCallum e investigador principal de este estudio clínico. Le puede interesar: Médicos franceses logran detectar cáncer pulmonar con un análisis de sangre.
Añadió que “este análisis actualizado muestra que la terapia de tercera generación ayudó a los pacientes a vivir más tiempo sin progresión de la enfermedad y la mayoría de ellos experimentaron un beneficio sistémico sostenido durante más de cinco años, incluyendo protección contra la progresión de la enfermedad en el cerebro. Estas mejoras en los resultados para los pacientes con este tipo de patología representan un avance notable en el cáncer de pulmón”, añadió Solomon.
“Estos resultados no tienen precedentes, ya que el 60% de los pacientes que reciben esta terapia están viviendo más de cinco años sin progresión de la enfermedad”, puntualizó Roger Dansey, director de Desarrollo y Oncología de Pfizer. Lea también: Un estudio revela mejor tolerancia a un fármaco contra el cáncer de mama.
Preste atención a los síntomas del cáncer de pulmón
• Tos crónica: si la tos se padece durante ocho semanas o más se considera crónica e indica que algo no va bien en el sistema respiratorio.
• Falta de aire, respiración entrecortada y la sensación de que cuesta inspirar también es una señal de alarma.
• Producción crónica de mucosidad: la mucosidad es producida por las vías respiratorias como defensa frente a infecciones o irritantes. Si la producción de mucosidad dura un mes o más, podría indicar una enfermedad pulmonar.
• Sibilancias: la respiración ruidosa o sibilante es un signo de que algo inusual está bloqueando las vías respiratorias de los pulmones o haciéndolas demasiado estrechas.
• Tos con sangre: si tose con sangre, es posible que proceda de los pulmones o de las vías respiratorias superiores. Venga de donde venga, es señal de un problema de salud.
• Dolor torácico crónico: dolor inexplicable en el pecho que dura un mes o más, especialmente si empeora al inspirar o toser.
Prevenir, el mejor camino
La prevención primaria puede reducir la incidencia del cáncer de pulmón y salvar vidas1. Aunque el cáncer de pulmón puede afectar a cualquier persona, algunos factores aumentan el riesgo de tenerlo:
• Fumar: el tabaquismo es la causa principal del cáncer de pulmón y es responsable de aproximadamente el 85% de todos los casos. Fumar tabaco causa cerca de 9 de cada 10 casos de cáncer de pulmón en hombres y 8 de cada 10 casos en mujeres.
• Inhalación pasiva de humo: consiste es la combinación de humo que sale de un cigarrillo y el humo que exhala un fumador. Cuando lo inhala, está expuesto a los mismos agentes cancerígenos que los fumadores, aunque en cantidades más pequeñas.
• Inhalación de sustancias tóxicas: estar expuesto al asbesto, arsénico, cromo, berilio, níquel, hollín o alquitrán en el lugar de trabajo.
• Exposición a la radiación: como radioterapia en el seno o el tórax, tener radón en el hogar o lugar de trabajo, ciertas pruebas de imagen como tomografías computarizadas.