La hemofilia es una enfermedad poco común pero debilitante, un trastorno genético de la coagulación sanguínea que afecta tanto a hombres como mujeres. Se caracteriza por la incapacidad del cuerpo para producir adecuadamente factores de coagulación, lo que puede ocasionar sangrado prolongado, e incluso, en casos severos, ser potencialmente mortal. Lea: Hemofilia: los cinco primeros años son importantes en el diagnóstico
De acuerdo con el nivel de severidad de la enfermedad pueden presentarse las siguientes manifestaciones en menor o mayor intensidad:
• Hemorragias debajo de la piel, en los músculos y tejidos, provocando acumulaciones de sangre (hematomas).
• Hemorragias en las articulaciones, produciendo dolor, inflamación o rigidez, siendo las articulaciones mayormente afectadas las rodillas, los codos y los tobillos.
• Sangrado después de recibir inyecciones
• Sangre en la orina o en las heces.
• Hemorragias nasales frecuentes o de difícil control.
Estos síntomas pueden afectar considerablemente la calidad de vida de quienes la padecen, destacando la importancia crucial de la sensibilización y el acceso a tratamientos especializados. Asegurar que todos reciban la atención médica necesaria y terapias de reemplazo de factores de coagulación es fundamental para controlar los síntomas y prevenir complicaciones graves.
Reduzca el riesgo de complicaciones por hemofilia$>
Aunque la hemofilia es una enfermedad genética y no puede prevenirse por completo, el área de promoción y prevención de NUEVA EPS comparte las siguientes recomendaciones, que pueden ayudar a reducir el riesgo de complicaciones.
• Ser adherente al tratamiento dispuesto por su médico tratante.
• Antes de cualquier procedimiento médico, informar oportunamente al personal sanitario sobre su diagnóstico para la anticipación de todas las medidas necesarias.
• Realizar regularmente actividades deportivas siempre con el equipo de protección adecuado y de acuerdo con un plan de ejercicios formulado por el equipo de profesionales que atiende su patología.
• Evitar los deportes de contacto.
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• Evitar inyecciones intramusculares y punciones vasculares, o de ser necesarias, deben realizarse bajo la supervisión y experticia del personal de salud.
• Mantener una buena higiene oral previniendo así procedimientos que puedan provocar un sangrado excesivo.
• Consultar con su médico tratante antes de consumir analgésicos u otros medicamentos, evitando riesgo de sangrado secundario a su consumo.
• Consultar inmediatamente con su médico ante episodios de sangrado.
La educación y la difusión de información precisa son clave para apoyar a quienes viven con hemofilia y sus familias, y para avanzar en la investigación de nuevas terapias.