En Colombia, hablar de salud digital no es solo hablar de equipos y cables: es hablar de confianza, cultura y equidad.
Los nuevos métodos de diagnóstico médico —como la telemedicina y los exámenes no presenciales— pueden acercar especialistas, ahorrar traslados y detectar enfermedades a tiempo.
Pero si la gente no confía, la mejor tecnología se queda guardada.
Muchos pacientes aún sienten que “el buen diagnóstico” depende del contacto físico y la mirada directa del médico. Y muchos profesionales, formados durante décadas en la práctica presencial, todavía no se sienten cómodos con las herramientas digitales.
A esto se suman brechas en conectividad, ciberseguridad y capacitación. El resultado: la innovación avanza, pero la adopción se frena.
Humanizar la tecnología: el nuevo reto del sistema de salud
Desde la Fundación SerSocial IPS creemos que el futuro de la salud está en el equilibrio entre la empatía y la tecnología.
Innovar no significa sustituir al médico, sino ampliar su alcance; no reemplazar la mirada clínica, sino potenciarla con datos y evidencia.
El llamado es a humanizar la tecnología, hacerla accesible, confiable y cercana.
La alfabetización digital del paciente es tan importante como la de los profesionales de la salud. Una tecnología que no se explica bien, no se adopta.

Los retos más visibles y solucionables
Un análisis del sistema de diagnóstico no presencial en Colombia revela cinco desafíos principales:
- Desigualdad tecnológica entre territorios.
- Médicos poco capacitados en herramientas digitales.
- Lagunas regulatorias que frenan la innovación.
- Inseguridad digital percibida por usuarios.
- Escepticismo cultural en pacientes y equipos de salud.
Los actores con mayor influencia son las EPS y el Ministerio de Salud. Si ellos cambian su visión —de gestionar recursos a invertir en bienestar—, el sistema completo puede transformarse.
IoT, datos y ciberseguridad con sentido humano
La telemedicina basada en el Internet de las Cosas (IoT) conecta personas, dispositivos y decisiones.
Los sensores registran signos vitales y los envían de forma segura para análisis remoto; los algoritmos de inteligencia artificial apoyan el diagnóstico, pero sin sustituir la mirada humana.
a) Interoperabilidad: los datos deben fluir y ser entendidos entre EPS, IPS y proveedores.
b) IA clínica: predice riesgos y complementa al médico.
c) Ciberconfianza: la seguridad digital también es parte del tratamiento.
En zonas rurales, donde el acceso a especialistas es limitado, esta tecnología democratiza el cuidado de la salud y puede salvar vidas.
Un especialista en Cartagena puede acompañar a una familia en los Montes de María sin que nadie tenga que recorrer kilómetros.
Invertir en confianza también ahorra vidas y recursos
Cada peso invertido en innovación tecnológica es una inversión en vidas más sanas y comunidades más autónomas.
Cuando el sistema apuesta por la prevención digital:
- Se detectan enfermedades a tiempo.
- Se reducen traslados y urgencias.
- Se ahorran recursos públicos.
Por eso proponemos que las EPS adopten un modelo de “inversión social”: apostar por mejorar la salud de sus afiliados genera rentabilidad sostenible y equidad.
La mejor tecnología es la que la gente confía usar
La salud del futuro se escribe con datos, sí, pero se sostiene con confianza.
Si alineamos conectividad, formación, protocolos y comunicación clara, la innovación deja de ser promesa para volverse servicio humano y cercano.
Innovar en salud es sanar relaciones: entre pacientes, médicos, instituciones y territorios.
La tecnología es el puente.
La confianza, el camino.
Contacto de la autora
Marly Jerez Arias
Directora General – Fundación SerSocial IPS
🔗 LinkedIn: Marly Patricia Jerez Arias
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