En la actualidad, los videojuegos forman parte esencial del entretenimiento de millones de niños y adolescentes en todo el mundo. Sin embargo, cuando el uso de pantallas se convierte en la única fuente de alivio emocional, puede transformarse en un problema mucho más serio: la adicción. Así lo advierte el psicólogo Mateo Oicatá, especialista de la IPS Niños de Papel, quien conversó con este medio sobre los riesgos, señales de alarma y medidas preventivas para enfrentar esta creciente problemática.

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El Universal
“La adicción no es solo a las drogas”, recalca Oicatá. El experto sostiene que la dependencia hacia los videojuegos comparte mecanismos similares con otras adicciones: la búsqueda de un alivio inmediato frente al malestar emocional. “Lo malo no son los videojuegos en sí, lo malo es que lo único que te alivie sea un videojuego”, precisa, dejando claro que el problema radica en el uso excesivo y en la ausencia de otras herramientas de regulación emocional en los menores.
Uno de los primeros síntomas que encienden las alarmas es la reacción de los niños cuando se les quitan los dispositivos. “Si a un menor le quitan el celular y tiene un consumo excesivo, presentará señales de violencia u otros comportamientos inusuales”, advierte. Esa dependencia puede traducirse en malestar, ansiedad e incluso conductas extremas. “En el peor de los casos se pueden llegar a suicidar”, subraya el psicólogo, evidenciando la gravedad que puede alcanzar este trastorno cuando no se detecta a tiempo.
Adicción a las pantallas en los niños
El especialista explica que el refuerzo constante que ofrecen las plataformas digitales es uno de los factores que alimentan la adicción. “El hecho de ganar un logro, un premio, una medalla, un rango genera satisfacción y quieres volver a sentirlo. Entonces, en esa búsqueda de esa satisfacción terminan perdiéndose”, comenta. Este mecanismo de recompensa inmediata hace que los niños busquen repetir una y otra vez la experiencia, dejando de lado otras actividades importantes para su desarrollo integral.
Entre las consecuencias más frecuentes, Oicatá menciona la ansiedad, la irritabilidad y el aislamiento social. Padres preocupados suelen llegar a consulta con quejas como: “pasa todo el día en el celular, no hace caso, tiene comportamientos violentos o extraños”. Tras la evaluación, se descubre que detrás de esos síntomas está el exceso de pantallas.
No obstante, el psicólogo es enfático en que los videojuegos no deben ser demonizados. “Los videojuegos no son malos”, afirma. De hecho, pueden ser herramientas diversión cuando se usan de manera adecuada. La clave está en la supervisión y en la moderación. “Los menores sí deben tener vigilancia en las pantallas, revisar qué están mirando y revisando”, insiste. Además, recuerda que los videojuegos cuentan con clasificaciones de edad que deben respetarse para evitar la exposición temprana a contenidos violentos.
Sobre este punto, Oicatá es claro: “Aunque no podemos afirmar que los videojuegos pongan a los niños violentos, sí se debe revisar el entorno, qué otras cosas hace el menor o si solo es el videojuego”. La violencia, por tanto, no se genera únicamente por el contenido del juego, sino por la ausencia de límites y de actividades complementarias en la vida del menor.
Para prevenir la adicción, el especialista recomienda fomentar hobbies alternativos, como la escritura, el deporte o el arte. “Escribir, jugar, buscar un hobby ayuda a no crear una adicción”, asegura. Además, propone regular las horas de juego y disminuir los elementos que el niño asocie directamente con la experiencia del videojuego, lo que permite un proceso de desapego gradual y menos traumático.
Finalmente, Oicata hace un llamado a los padres: no deben sentirse culpables si sus hijos muestran signos de adicción. “No se deben culpar a los padres, no tienen un manual. Pero precisamente para eso estamos nosotros, para brindar ayuda y acompañar en la corrección de las conductas”, señala.
La IPS Niños de Papel, recalca, mantiene sus puertas abiertas para todas las familias que requieran orientación profesional. La adicción a los videojuegos, advierte el psicólogo, es más frecuente de lo que parece, pero con acompañamiento oportuno puede prevenirse y tratarse con éxito.