Desde hace dos años, Colombia vive un brote de dengue con cifras alarmantes: se han reportado 532.595 pacientes infectados y 402 fallecieron. Durante las primeras 25 semanas del 2025 se han registrado 81 mil casos confirmados, 66 están en estudio y 55 muertes, según el Instituto Nacional de Salud.
A este escenario complejo se suma la reciente emergencia sanitaria declarada por el Gobierno, en semanas atrás, debido a la circulación del virus de la fiebre amarilla. Lo que muchos no saben es que estas dos enfermedades, la fiebre amarilla de origen urbano y el dengue, pueden ser transmitidas por un mismo mosquito: el aedes aegypti.
Aunque aún no se han reportado casos por fiebre amarilla de origen urbano (sólo de origen selvático), la de origen urbano es la que se asocia con mayores brotes.
“El aedes aegypti es pequeño, pero peligroso. Al tener en común el mismo vector, el dengue y la fiebre amarilla pueden prevenirse con las mismas acciones contra la proliferación del mosquito, como evitar la recolección de agua al aire libre (en macetas, botellas u otros recipientes) y realizar el lavado constante de tanques de almacenamiento”, dice Ana Cristina Ochoa, directora médica de Takeda.
Similitudes y diferencias entre el dengue y la fiebre amarilla
A pesar de que ambas infecciones son transmitidas por el mismo mosquito, en el caso del dengue, existen cuatro variantes del virus, mientras que la fiebre amarilla es provocada por un solo agente viral. Le puede interesar: Alerta por tosferina en Cartagena: infección bacteriana altamente contagiosa.

“Ambas son enfermedades prevenibles a través de vacunación, la cual está recomendada para niños a partir de los 4 años y hasta en adultos de 60, por lo que es una de las opciones de protección, que complementa las acciones de contención de la proliferación del mosquito”, agrega la experta.
Síntomas del dengue y de la fiebre amarilla
En ambas enfermedades, la mayoría de los pacientes no experimentan síntomas. Pero cuando estos se dan, suele ser fiebre, malestar general y dolor en el cuerpo. Lea también: Vacunación capullo: clave para proteger a recién nacidos de infecciones.
Los síntomas graves de las dos enfermedades pueden ser muy similares, entre ellos:
- Dolor abdominal intenso.
- Vómitos persistentes.
- Respiración acelerada.
- Sed intensa.
- Piel pálida y fría.

El dengue puede empeorar y evolucionar hacia una forma grave, causando sangrado de encías y hemorragias.
Cuando se agrava la fiebre amarilla provoca problemas en muchos órganos, incluidos el corazón, el hígado y el riñón, además es cuando el tono de la piel de los pacientes se torna amarillo, uno de los síntomas claves para diferenciar esta infección del dengue. También se pueden presentar convulsiones, coma y delirio.
Ante estos síntomas, las personas deben recibir atención hospitalaria de inmediato, debido a que estas enfermedades pueden causar la muerte si no se atienden de manera oportuna.
¿Cuál es el tratamiento para el dengue y la fiebre amarilla?
Ni el dengue ni la fiebre amarilla tienen tratamiento específico por esto la atención brindada se basa en soporte básico de hidratación, analgésicos para el dolor y monitoreo para prevenir complicaciones.
“De ahí la importancia de tener medidas de prevención tanto para la picadura del mosquito, como para atenuar los síntomas severos de las dos enfermedades mediante sus respectivas vacunas. La vacunación contra el dengue y la fiebre amarilla es crucial para poder fortalecer las acciones de control frente a las consecuencias de esta enfermedad”, concluye la experta.