La desnutrición infantil es un problema de salud pública que sigue latente a nivel nacional, por lo que instituciones como Cartagena Cómo Vamos han hecho hincapié en la urgencia de implementar planes para combatir esta enfermedad que solo en Bolívar acumula 679 casos en el 2025, de acuerdo con cifras del Sistema Nacional de Vigilancia en Salud Pública (Sivigila).
Según las estadísticas del Sivigila, el departamento se posiciona en el sexto lugar de la lista nacional, precedido por Cundinamarca (705), Valle (963), Guajira (1.126), Bogotá (1.764) y Antioquia, que ocupa el primer lugar con 2157 casos registrados.
Cartagena, por otro lado, es el municipio de Bolívar con más casos de desnutrición infantil aguda, acumulando 296 en lo que va del año, informaron.

Panorama actual de la desnutrición infantil en Cartagena
La desnutrición sigue siendo un problema grave en el país y una muestra de ello es que 1748 menores de 5 años fallecieron por desnutrición entre 2017 y 2023. Así lo reveló un reporte de la Defensoría del pueblo y la Asociación de Bancos de Alimentos en 2024.
123 niños fallecieron por desnutrición infantil en Colombia, solo en 2024.
En ese mismo año se registraron 6.821 casos de desnutrición aguda en niños y niñas menores de 5 años, “una cifra superior comparada con el mismo periodo del 2023″, señalaron desde el Instituto Nacional de Salud (INS).
Los indicadores de esta enfermedad son preocupantes tanto a nivel nacional como departamental, pues suele ser una amenaza que pasa desapercibida, por lo que es importante que se implementen programas contra el hambre y permitan que las poblaciones más vulnerables tengan una mejor calidad de vida.
En ese sentido, también es responsabilidad de los padres y cuidadores conocer los signos de alerta para actuar a tiempo y no poner en riesgo la salud de su hijo.

Signos de alerta de desnutrición
La desnutrición infantil es una enfermedad que ha arrebatado millones de vidas alrededor del mundo. Por eso, es importante saber cómo se manifiesta, para detectarlo de forma oportuna y evitar que se convierta en un problema de salud crónico con un desenlace fatal.
Dependiendo de su nivel de gravedad, la desnutrición puede afectar el desarrollo físico y cognitivo de los niños.
De acuerdo con la Dirección de Nutrición del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF), la desnutrición infantil suele manifestarse cuando un niño no consume los suficientes alimentos para obtener los nutrientes necesarios para su desarrollo. Además, se puede manifestar físicamente o en sus comportamientos.
Señales físicas de desnutrición:
- La cabeza del niño se ve más grande que el resto del cuerpo. El cabello se cae fácilmente, está seco o cambia su color.
- Si se ejerce presión con un dedo sobre la piel del menor se genera un hundimiento que persiste varios segundos después de retirarlo.
- Brazos y piernas se ven muy delgados o, por el contrario, están inflamados.
- El menor se siente más liviano al cargarlo o está notablemente más delgado.
Señales comportamentales:
- El niño comienza a parecer desganado, fatigado o pierde interés en el juego y actividades cotidianas.
- En el caso de los bebés, se niegan a recibir leche materna o alimentos si están en una etapa más avanzada.
- Llora frecuentemente o se mantiene irritable.
Expertos recomiendan que en caso de detectar uno o más de estos signos en su hijo o un menor que esté a su cargo, debe acudir inmediatamente a un centro de salud para darle el seguimiento correspondiente.
Serán los profesionales de la salud quienes determinen si el niño está afectado por un problema nutricional.
Los controles de crecimiento y desarrollo constantes pueden ser un gran aliado para realizar un seguimiento al estado nutricional de los niños.
Causas de la desnutrición infantil
De acuerdo con el ICBF, las principales causas de la desnutrición infantil son las siguientes:
- Bajo peso de la madre durante el embarazo.
- Peso y talla bajos al momento del nacimientos del menor.
- Ausencia, interrupción o inadecuada lactancia materna exclusiva durante los primeros seis meses de vida.
- Malas prácticas de alimentación complementaria, que se puede realizar a partir de los 6 meses. Esto impiden que los pequeños reciban las vitaminas y minerales que requieren en cada etapa de desarrollo.
- Presencia recurrente de infecciones respiratorias e intestinales que dificultan el consumo de alimentos, su digestión y la absorción de nutrientes en el organismo de los niños y niñas.