El anuncio de un nuevo medicamento aprobado que previene el contagio del VIH inundó las noticias en días pasados. Se trata del inyectable Yeztugo, desarrollado por la biofarmacéutica Gilead (Estados Unidos) que reduce el riesgo de contraer el virus que provoca el sida, un hecho sin precedentes, teniendo en cuenta que todos los fármacos disponibles hasta entonces estaban guiados hacia el tratamiento de la enfermedad y no a la prevención.
Al conocer este tipo de noticias alentadoras sobre avances médicos, es común preguntarse: ¿cuándo estarán disponibles en Colombia?, ¿cómo se podrá acceder a estos?, ¿por qué en el país no se desarrollan innovaciones similares?
Lamentablemente, el país ha decaído en cuanto a investigación clínica. En la última década, el promedio de ensayos clínicos, es decir, estudios y pruebas de nuevos medicamentos, dispositivos médicos y procedimientos terapéuticos en pacientes, tuvo un promedio de 91 solicitudes, muy por debajo de países como España (847), Brasil (307) y Argentina (217).
“Colombia era un destino para la investigación clínica, pero eso cambió en la última década. Los procesos de aprobación lentos por parte de la autoridad encargada (Invima) y las normas no actualizadas desincentivan la inversión en ensayos clínicos en el país”, explica Ignacio Gaitán Villegas, presidente de la Asociación de Laboratorios Farmacéuticos de Investigación y Desarrollo (Afidro) en el marco del Foro de la Salud de la Andi, realizado la semana pasada.
¿Qué impacto tienen los ensayos clínicos en los pacientes?
Otro de los inconvenientes que ha tenido la investigación clínica en el país es la desarticulación de las autoridades y la comunidad médica sobre los beneficios de estas iniciativas sobre el sistema de salud y los pacientes beneficiados. Le puede interesar: Un colombiano espera hasta 250 días por medicamentos, según nuevo estudio.

“Muchos creen que en los ensayos clínicos se usan a los pacientes como conejillos de indias y no es así. Los medicamentos, terapias y procedimientos que se ponen a prueba en seres humanos antes tienen el visto bueno como opciones seguras. En estas pruebas lo que se busca es saber cómo se comporta esa innovación médica en determinada población”, señala Yezid Parra, representante de la comunidad en el comité de ética en investigaciones del Instituto Nacional de Cancerología.
Añade que muchos médicos no están sensibilizados sobre las ventajas de los ensayos clínicos y confunden a los pacientes sobre los beneficios de participar en estas pruebas médicas.
“Los pacientes que hacen parte de los ensayos clínicos son tratados como personas VIP, el patrocinador cubre todo lo que implica su tratamiento: desde las citas médicas con los mejores especialistas, hasta el seguimiento”, anota Parra.
¿Cómo la investigación clínica ayuda a reducir costos en salud pública?
Los beneficios de la investigación clínica no se limitan a los pacientes, también contribuyen a descargar económicamente a la salud pública pues son terceros quienes se hacen cargo del tratamiento médico de los participantes, por lo general, con enfermedades de alto costo.
Para 2023, la participación de 7.703 pacientes en estudios clínicos representó un ahorro de 244 millones de dólares para el sistema de salud colombiano durante los cinco años anteriores, de acuerdo con datos de un estudio publicado por la Revista Colombiana de Hematología y Oncología. Lea también: Inmunoterapia para la leucemia: un tratamiento con resultados alentadores.

“Además, también se dinamiza la economía por la presencia de quienes lideran o hacen seguimiento a esas investigaciones clínicas quienes asumen gastos en hoteles, tiquetes y alimentación mientras están en el país”, asegura Sergio Prada, subdirector de investigación e innovación de la fundación Valle de Lili.
Estrategias para atraer más ensayos clínicos a Colombia
Entre las estrategias claves que propone Afidro para permitir que más estudios de nuevos medicamentos y terapias médicas se realicen en el país están:
- Estandarizar y mejorar los procesos de aprobación de los ensayos.
- Mejorar la comunicación con el Invima para que el estado de los procesos y evaluaciones se transmitan de manera oportuna y clara.
- Lograr una articulación entre todos los actores que conforman la cadena de investigación clínica que incluye al Invima, centros de investigación, la industria farmacéutica, la academia, el Ministerio de Salud, entre otros.
- Alinear las normativas con estándares internacionales.
- Promover leyes que reconozcan la investigación clínica como un motor de desarrollo.