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Caso Max Verstappen: un padre abusivo forjó un campeón mundial

La historia del cuatro veces campeón del mundo en Fórmula 1 está revestida de acusaciones hacia su padre, debido a la crianza que implementó.

Caso Max Verstappen: un padre abusivo forjó un campeón mundial

Primera victoria: España 2016 (con Red Bull, fue su debut en ese equipo y tenía solo 18 años). //Foto: EFE.

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A cinco carreras de la temporada 2025, Max Verstappen sigue en la lucha por encontrarse en Red Bull. Se sabe que el equipo está construido para darle todo al piloto neerlandés, pero el carro no se acopla a los cambios reglamentarios y sufre.

Son las capacidades, las habilidades, el talento y la determinación del piloto lo que brilla en pista y le permite sumar puntos e imponerse. El cuarto campeonatos mundial, que lo consolida como leyenda, fue luchado y se dio en medio de una competencia pareja, donde las malas estrategias de Ferrari y McLaren jugaron a su favor.

Sus declaraciones son ambivalentes y despiertan incertidumbre sobre su futuro: quiere cosechar más, pero el final puede llegar antes que el Fernando Alonso. Además de dejar abierta la posibilidad de cambio si Red Bull no mejora internamente, y en noviembre de 2024, reveló que: “Definitivamente, no quiero correr en F1 hasta los 40 años. Solo se vive una vez y no quiero pasar la mitad de esta vida compitiendo en coches”.

Se autodefine como una persona “bastante tranquila” y confiesa que no se enfada con regularidad. Para muchos fanáticos de la F1, esto podría ser cuestionable por su comportamiento en pista. Expertos lo tildan de ser un piloto siempre al límite: arriesgado, osado, audaz, atrevido. También es señalado, en ocasiones, por los espectadores, como un deportista egoísta, caprichoso y hasta irrespetuoso. Lea: Solo la muerte frenó a Ayrton Senna, ¿por qué es el mejor de la Fórmula 1?

La crianza que recibimos determina nuestro carácter y la que recibió esta leyenda responde a su accionar. A Max no le gusta la exposición ante las cámaras. Se muestra porque el deporte lo exige. Es protector de su intimidad. Cercano con su público infantil. Incondicional con sus amigos y familia. Se convertirá en papá a sus 27 años, y su historia tanto personal como profesional está delimitada por acciones de su padre que han sido señaladas como abuso, pese a que este lo negó públicamente en el documental ‘Max Verstappen: Anatomía de un campeón’.

“Yo no abusé de Max. Yo lo crié, fui duro con él. Ese era mi plan. Quería que aprendiera a pensar. Muchos no tienen idea de lo que se necesita para llegar a la cima de un deporte”, declaró Jos Verstappen, el padre.

Al padre siempre se le ve en el paddock, junto a los mecánicos, viendo cada movimiento de su hijo, carrera tras carrera. Sus declaraciones son directas, a veces polémicas, pero siempre está allí.

Es conocido por su estilo de conducción agresivo y extremadamente competitivo. //Foto: EFE.
Es conocido por su estilo de conducción agresivo y extremadamente competitivo. //Foto: EFE.

Jos no goza de la aceptación ni aprobación de muchos fanáticos. Esto se debe a la estricta y hasta abusiva conducta que tuvo con su hijo. Verstappen, expiloto de carreras, forjó en Max un carácter de quien no perdona errores ni propios ni ajenos.

Uno de los incidentes más comentados fue cuando el joven Max perdió una carrera de karting, y su padre lo abandonó en una estación de servicio durante horas porque no quería verlo ni hablarle. Cuentan que su madre lo recogió, y aunque Jos se devolvió a buscarlo, el hecho lo marcó profundamente.

La exigencia se desligó de la educación. Las felicitaciones debilitaban al piloto que se formaba. La presión generó un ambiente hostil. Los medios reportan que el Max niño duró más de cuatro horas con el casco puesto por miedo a ser físicamente reprendido. Hasta sus compañeros de karting, como Pierre Gasly, también piloto de F1, dio testimonio de la fuerza que ejercía Jos. Hijo y padre sostienen que esta dureza fue clave para el éxito del campeón.

¿A mano dura se forjan campeones? Análisis sobre la crianza estricta

En conversación con Marcela Moreno, directora de Licenciatura en Educación Infantil de la Universidad El Bosque, y Cristian Puerta, psicólogo deportivo con más de 15 años de experiencia, explican por qué la crianza no puede ser “a mano dura”, sino a través de límites claros y disciplina.

Moreno expone que “una crianza autoritaria se caracteriza por el control riguroso que ejerce el adulto sobre el comportamiento del niño, a través de normas rígidas, castigos y una comunicación unidireccional. Las decisiones no se negocian, las emociones del niño no suelen ser validadas y se prioriza la obediencia por encima del diálogo o la autonomía”. Lea: Fórmula 1: ¿quién dominará la temporada 2025?

Primera victoria: España 2016 (con Red Bull, fue su debut en ese equipo y tenía solo 18 años). //Foto: EFE.
Primera victoria: España 2016 (con Red Bull, fue su debut en ese equipo y tenía solo 18 años). //Foto: EFE.

Por su parte, Puerta, desde el área deportiva, afianza las consecuencias en los deportistas: “Se centran en el rendimiento y los resultados, dejando poco margen para el error. Esto puede generar en el niño y en el futuro adulto una presión interna constante para alcanzar la perfección y evitar el fracaso a toda costa. Como consecuencia, se desarrollan altos niveles de ansiedad ante la posibilidad de no cumplir con las expectativas y un temor intenso a las consecuencias negativas del fracaso como las críticas, la desaprobación, la pérdida de afecto”.

Max no es el primero ni será el último que tiene comportamientos de frustración, desesperación y desaprobación que se mezclan con respuestas que pueden ser ofensivas, pero sus acciones están vinculadas a su crianza. Consciente de ello, ha expresado que si su futuro hijo o hija quiere correr, será por pasión y no por imposición.

Es incansable, intrépido e insatisfecho. Siempre al pendiente de los errores y acciones de sus compañeros en carrera, lo que determina su estado ante el volante. Va al límite para demostrarse, y demostrarles a todos, su garra.

“En las primeras etapas puede funcionar como un motor que lo impulsa a ser disciplinado, esforzarse y superarse, lo cual puede traducirse en buenos resultados. Sin embargo, a largo plazo, una autoexigencia excesiva y poco saludable puede resultar perjudicial. Entre las consecuencias más comunes están el agotamiento físico y mental, lesiones, perfeccionismo disfuncional, baja autoestima”, sentencia Puerta y responde sobre el efecto que tiene una presión temprana con el disfrute del deporte: “En ciertas ocasiones no lo disfrutan, pues pretenden ganar para que los demás, incluyendo a sus padres, puedan sentirse orgullosos. La probabilidad de dicha desconexión es alta. En la adultez, esto puede traducirse en pérdida de motivación, resentimiento hacia la actividad deportiva, abandono del deporte, disfrute limitado”.

Ganó el campeonato de 2021 en la última vuelta de la última carrera, en un final polémico frente a Lewis Hamilton. //Foto: EFE.
Ganó el campeonato de 2021 en la última vuelta de la última carrera, en un final polémico frente a Lewis Hamilton. //Foto: EFE.

Padres, para poner en práctica. Claves de crianza

“Establecer normas no implica ejercer poder, sino asumir una responsabilidad educativa. Para fijar límites sin caer en el autoritarismo, es fundamental que entiendan la norma como una oportunidad para enseñar, no para controlar, por lo que hay que establecer reglas claras, coherentes y adaptadas a la etapa de desarrollo del niño. La claridad evita ambigüedades y reduce el conflicto. Otro aspecto esencial es el diálogo: explicar el porqué de las normas, escuchar lo que el niño siente frente a ellas y abrir espacios para que pueda expresar sus desacuerdos sin temor. No implica ceder autoridad, sino educar desde el respeto mutuo. Es importante recordar que no existe una crianza perfecta, pero sí hay principios que son universales: el respeto, la coherencia y el vínculo afectivo”, establece Moreno.

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Max Verstappen posee, sin lugar a dudas, el título de GOAT (el mejor de todos los tiempos). Para conocerlo debe ser a través de los ojos de otra leyenda del deporte, Sebastian Vettel: “Max es un gran piloto, se adapta muy rápido a cualquier circunstancia y es capaz de sentirse cómodo en la incomodidad. No es de esos que se distraen por las mañanas pensando qué zapatillas se va a poner. A Max solo le interesa correr en coche, porque es lo que le gusta”.

Es un campeón forjado a mano dura. La relación con su padre mejoró con los años y asegura que este lo conoce y sabe lo que necesita en la pista, por eso siempre está a su lado. ¿Qué sería de Max Verstappen si su infancia hubiera sido completamente diferente? ¿Tendríamos al campeón del mundo y a la leyenda del deporte?

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