Daniela Zambrano, fonoaudióloga, y Silfredo Frías, fisioterapeuta, se unieron para compartir recomendaciones prácticas que ayuden a los padres a fortalecer el neurodesarrollo de sus hijos desde el hogar.
La crianza es un proceso continuo de aprendizaje. Hoy, gracias a los avances científicos, existen respuestas claras a dudas que por años acompañaron a padres sobre el comportamiento y el desarrollo infantil.
Los expertos destacan la importancia de atender de forma integral las necesidades de los niños, no solo desde lo físico, sino también en su capacidad para comunicarse y alimentarse correctamente. Estas áreas -movimiento, lenguaje y deglución- están interconectadas y deben desarrollarse de manera simultánea y equilibrada.
Frías resalta que el acompañamiento temprano de especialistas permite prevenir complicaciones y garantizar un mejor desarrollo emocional, social y escolar. “Por ejemplo, un niño con problemas de lenguaje puede sentirse frustrado, incapaz, y desarrollar miedos para integrarse a su entorno escolar si no se le da un tratamiento adecuado desde el inicio”, explicó. Además, afirmó que una intervención oportuna mejora la autoestima del niño y su interacción con los demás.
Las claves del neurodesarrollo infantil:
1. El vínculo afectivo seguro con los cuidadores fortalece la confianza, la autonomía y la regulación emocional.
2. La estimulación temprana con actividades que fomentan el desarrollo cognitivo, motor y lingüístico.
3. Juego libre a través de la exploración autónoma.
4. Interacción social con adultos y otros niños son esenciales para el desarrollo emocional y del lenguaje.
5. Sueño saludable es crucial para procesar información y consolidar el aprendizaje.
6. Nutrición adecuada, que incluya sustancias como omega-3, vitaminas y minerales, favorecen el desarrollo cerebral.
7. La actividad física promueve la motricidad y la producción de neurotransmisores que mejoran el estado de ánimo.
8. Los desafíos de aprendizaje estimulan la creación de nuevas conexiones neuronales. Lea: Día Mundial del Autismo: una forma diferente de ver el mundo
10. La gestión emocional: Enseñar a los niños a regular sus emociones previene efectos negativos en el cerebro.
11. La disciplina positiva, al establecer límites claros y basados en el respeto, ayuda al autocontrol y la toma de decisiones.
“El neurodesarrollo se potencia con experiencias variadas, interacciones significativas y el juego libre. No se trata de acelerar procesos, sino de brindar oportunidades adecuadas según la edad. Los niños aprenden a través del juego, la experiencia y exploración; es por eso que la estimulación adecuada es fundamental para beneficiar el desarrollo infantil”, expresa Daniela Zambrano, fonoaudióloga.

Actividades para hacer con mis hijos en casa
1. Estimulación sensorial:
• Desde el nacimiento: masajes, contacto piel con piel, jugar con diferentes texturas.
• 6 meses en adelante: juegos con agua, arena, plastilina, o alimentos (sensorial y motricidad).
• 2 años en adelante: jugar con luces y sombras, olores y sonidos para estimular los sentidos.
2. Desarrollo del lenguaje:
• Desde bebés: hablarles con intención y describir el entorno.
• A partir de 6 meses: nombrar objetos y acciones en la rutina diaria.
• Desde 1 año: cantar canciones con gestos, imitar sonidos y fomentar la lectura de cuentos.
• Desde 2 años: hacer preguntas abiertas y juegos de roles que impliquen diálogo. Lea: Videojuegos y menores: señales de adicción y cómo actuar
3. Motricidad fina y gruesa:
• Motricidad gruesa: gateo, caminar descalzo en diferentes superficies, trepar y saltar.
• Motricidad fina: juegos de encaje, rasgar papel, pintar con dedos, usar pinzas.

4. Desarrollo cognitivo y atención:
• Desde el primer año: juegos de esconder objetos, rompecabezas sencillos.
• Desde 2 años: clasificación por colores y formas, armar secuencias.
• Desde 3 años: juegos de mesa básicos, seguir instrucciones en 2-3 pasos.
5. Regulación emocional y socialización:
• Desde el primer año: enseñarle a reacción con calma ante rabietas, validar emociones y que sea tolerable a la frustración.
• Desde 2 años: juegos de turnos, aprender a esperar, expresar emociones con palabras.
• Desde 3 años: dramatización y juegos simbólicos (cocina, médico, tienda).
6. Autonomía:
• Potenciar la independencia ayuda a desarrollar la toma de decisiones y la resolución de problemas.
• Desde el primer año: permitir que intente comer solo, ayudar a vestirse. Lea: La exposición al humo de tabaco en menores afectaría su ADN
• Desde 2 años: dar opciones simples: “¿Quieres la camiseta roja o azul?”.
• Desde 3 años: pequeñas responsabilidades como guardar juguetes, regar plantas.
Otro aspecto importante es: ¿Cómo identificar dificultades en los procesos de aprendizaje de los niños?
No se trata de acelerar procesos, sino de brindar oportunidades adecuadas según la edad”.
Daniela Zambrano, fonoaudióloga.
Lenguaje y comunicación
• A los 12 meses: no balbucea ni intenta imitar sonidos.
• A los 2 años: no forma frases de dos palabras o su lenguaje es poco comprensible.
• A los 3 años: no entiende órdenes simples o tiene un vocabulario muy limitado.
• A partir de los 4 años: dificultad para estructurar frases correctamente o problemas para contar historias.
Señal de alerta: si el niño no se comunica con gestos, sonidos o palabras a su edad esperada.
Atención y concentración:
• Dificultad para mantenerse en una actividad sin distraerse fácilmente.
• Cambia constantemente de tarea sin terminar ninguna.
• No sigue instrucciones sencillas en dos o tres pasos.
• Olvida lo que se le acaba de decir con frecuencia.
Señal de alerta: si la falta de atención afecta su aprendizaje o su capacidad de seguir rutinas.

Motricidad fina y gruesa
• Problemas para agarrar el lápiz, colorear sin salirse o usar tijeras.
• Dificultad para abotonarse la ropa o usar cubiertos.
• Tropieza con frecuencia o tiene poca coordinación en sus movimientos.
Señal de alerta: si a partir de los 4-5 años no logra tareas básicas de motricidad fina o gruesa.
Memoria y procesamiento de información
• Le cuesta recordar nombres, secuencias o conceptos básicos.
• Dificultades para asociar letras con sonidos o números con cantidades.
• No logra retener información nueva con facilidad.
Señal de alerta: si en la etapa preescolar no retiene canciones, nombres o información que se repite constantemente.