La dietista nutricionista Cristina Bedmar, profesora colaboradora de los estudios de Ciencias de la Salud de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC), explica que aunque no hay una medida mágica en particular que nos ayude a comer despacio, hay una serie de sencillos gestos, que practicados con regularidad hasta convertirlos en hábitos, pueden ayudarnos a desacelerar nuestra forma de comer.
“Comer muy rápido es un comportamiento bastante habitual en personas con una vida estresante, que puede convertirse en un hábito difícil de eliminar y provocar problemas de salud”, señala la experta.
Indica que comer en menos de 15 o 20 minutos, no masticar bien o no hacer pausas entre mordisco y mordisco son indicadores de que comemos demasiado rápido.

A largo plazo, este comportamiento se puede relacionar con dolencias vinculadas al aumento de peso, como enfermedades cardiovasculares, sobrepeso u obesidad.
“El hecho de comer más rápidamente puede llevarnos a comer más. Esto sucede porque no damos tiempo a que las señales de saciedad de nuestro organismo, que nos informan que ya hemos comido lo suficiente, lleguen a tiempo. Entonces ingerimos más alimentos de los que realmente necesitamos, aumentando así el riesgo de incrementar el peso”, explica la nutricionista.
Según la profesora de la UOC, hay que tener presente que el cuerpo tarda de media unos 20 minutos en enviar las señales de saciedad al cerebro.
Así mismo, no masticar bien los alimentos crudos (zanahoria, manzana, frutos secos, etc.) o ingerir trozos de pescado o carne sin prestar atención a lo que ingerimos (espinas, huesos, etc.) puede desembocar en un atragantamiento accidental.
Cristina Bedmar recomienda comer de manera pausada ya que esto nos ayuda a percibir mejor los sabores de los alimentos y a disfrutar del momento, facilita el proceso digestivo y permite que identifiquemos a tiempo las señales de saciedad.
Cinco recomendaciones para comer despacio
1. Consume alimentos que requieran cubiertos
Los alimentos que se comen con las manos, como los bocadillos o sandwichs, o que se beben, como un batido de verduras, se suelen ingerir más rápidamente.
2. Acompaña tus comidas con alimentos integrales y crudos
Incluir alimentos de estos tipos en las comidas, como pueden ser frutas o ensaladas, requiere masticarlos más veces para poder tragarlos.
3. Evita las distracciones, sobre todo las pantallas
Comer mirando la televisión o con el teléfono inteligente o la tableta electrónica al lado del plato, nos distrae de la comida, transformándola en un acto automatizado durante el cual no prestamos atención a ninguna señal de saciedad.
En los momentos de mayor estrés o cuando vamos más agobiados, es importante evitar los elementos distractores, prestando atención al acto de comer, tomando consciencia de la comida y disfrutándola durante el poco tiempo que tengamos para comer.
4. Aliméntate en compañía de otras personas
Comer con la familia, amigos o los compañeros de trabajo, siempre que sea posible, porque ayuda a tomar conciencia del momento y a socializar.
5. Separa la comida del trabajo en tiempo y espacio
Comer delante del ordenador, porque nuestra atención continuará focalizada en el trabajo y difícilmente nos centraremos en la comida.