Si usted tiene como propósito de año nuevo tener una vida de ejercicio, debe saber que los aeróbicos, correr, caminar, saltar la cuerda y nadar juegan un papel protagónico en la prevención de enfermedades como la hipertensión, las cardiopatías y la diabetes tipo 2, además de los beneficios para la salud mental.
Investigaciones demuestran que el ejercicio de intensidad baja a moderada, puede ser igual o más eficaz para la salud y la resistencia que los de alto impacto. Solo hay que ser constante y mantener un ritmo sostenible. Lea también: ¡Para todas las edades! Consejos a seguir para caminar largas distancias

Además, ayuda a mejorar la “flexibilidad metabólica”, es decir, la capacidad del cuerpo para alternar sin problemas entre grasas y azúcares como fuente de energía. La falta de esta está asociada a enfermedades crónicas como la diabetes tipo 2. Lea también: Ejercicio físico, la mejor terapia contra la depresión y ansiedad
Por lo tanto, recomiendan entrenar el cuerpo para que aprenda a ser flexible metabólicamente y mejorar su capacidad para depender de la grasa como fuente de energía predominante, lo que lleva a mejorar la resistencia y aumentar la eficiencia a intensidades de ejercicio bajas y medias.
“El cuerpo se vuelve más dinámico para hacer frente a la situación”, asegura Travis Nemkov, científico especializado en ejercicio del Anschutz Medical Campus de la Universidad de Colorado. Lea también: 6 beneficios del ejercicio durante el embarazo; habla experto

Tener esa flexibilidad metabólica puede traducirse en una ventaja competitiva para los atletas de resistencia, ya que la grasa está más fácilmente disponible como fuente de energía que los azúcares. Lea también: ¿Pueden mis hijos y nietos heredar los beneficios del ejercicio físico?
Brady Holmer, científico del ejercicio, manifiesta que “la dependencia excesiva del entrenamiento de alta intensidad puede provocar un agotamiento más rápido y tiempos de recuperación más largos. El ejercicio no debe causar dolor”.