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Salud

¿Qué tiene que ver Dios con la esterilidad? Los prejuicios tras la infertilidad

Me pregunté cuán rota está la humanidad como para señalar a Ana María y a las mujeres que acuden a tratamientos médicos para convertirse en mamás...

¿Qué tiene que ver Dios con la esterilidad? Los prejuicios tras la infertilidad

La infertilidad es una enfermedad del sistema reproductivo masculino o femenino consistente en la imposibilidad de conseguir un embarazo tras un año o más de sostener relaciones sin ningún método anticonceptivo. // Ilustración

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En una de esas noches de escroleo infinito en Instagram, me encontré con un video de un minuto que me conmovió hasta hacer de mi garganta un nudo. Era la íntima historia de cómo Ana María Roura, ecuatoriana y una de las presentadoras más famosas en español de la BBC, había intentado ser mamá por no sé cuántos años. Era una especie de tráiler de un documental más largo de la BBC: Infértil... el solo nombre es tan duro que te golpea en la cara con la fuerza del genuino e inerme deseo de dar vida.

Pero mi sentido de solidaridad, mi empatía frente a la pantalla, se convirtió en asombro en cuestión de segundos. Te puede interesar: 4 datos que no sabías sobre la infertilidad

¿Cómo era posible que hubiese prejuicios hasta para esto? No solo una, decenas de personas se atrevían a señalar con tanta dureza algo tan íntimo, tan genuino, tan inerme como ese deseo de ellas de querer ser madres, ¡¿ah?!

Según la OMS, la esterilidad “es un trastorno del aparato reproductor (masculino o femenino), consistente en la incapacidad para lograr el embarazo después de 12 meses o más de relaciones sexuales regulares sin protección”.

Me pregunté cuán rota está la humanidad como para señalar a Ana María y a las mujeres que acuden a tratamientos médicos para convertirse en mamás cada vez que leía comentarios como:

“No entiendo por qué forzar la naturaleza… Con tantos niños necesitados de amor, con necesidades en el mundo. Pasar por tanto sufrimiento, lastimar así el alma el cuerpo”, “¿No es mejor pagarle a una mujer fértil para que les tenga un bebé?”, “El egoísta deseo de ser madre/padre”, “¡Pregunta seria! ¿Para qué a la gente le gusta reproducirse?”, “¿No es también ir un poco contra natura? Además de que se plantea desde el privilegio”, “Si Dios no quería que tuvieran hijos”. Lee además: Infertilidad: estos son los mitos comunes y las realidades científicas

(Por supuesto que también había muchos mensajes empáticos, ¡gracias al cielo!).

Prejuicios hasta para esto

Un prejuicio es, según la Real Academia Española, una “opinión previa y tenaz, por lo general desfavorable, acerca de algo que se conoce mal”.

¿Pero cuál es el origen de este tipo de prejuicios?

Según Diana Cecilia Gómez Miranda, psicóloga clínica, especialista y magíster en psicología clínica cognitivo-conductual, “el origen de estos prejuicios está muy arraigado a la religión y a la creencia de que ser padres es o debe ser un proceso ‘natural’ y que no debe surgir en un contexto de ‘requerimientos médicos’.

Quienes rechazan este tipo de fecundación sostienen que es inaceptable, ya que supone ‘seleccionar y eliminar embriones humanos’, lo cual catalogan como intrínsecamente inmoral”,

 explica la psicóloga clínica Diana Cecilia Gómez Miranda.

Por su parte, Diana Marcela Martínez Daza, psicóloga jurídica y clínica de COLPSIC, y forense PhD (c) en criminología, explica:

“La fecundación in vitro o fecundación asistida puede ser estudiada desde diversas perspectivas tanto éticas como socioculturales. Teniendo en cuenta estos aspectos, los prejuicios pueden ser diversos y considerar sus raíces en elementos que incluso intervienen en creencias y corrientes religiosas. Además, se puede encontrar una lista de contras del por qué no debe usarse este método tanto en parejas infértiles como en mujeres que no tienen una pareja”. Te puede interesar: Mamá por adopción: cuando un hijo nace del corazón

Martínez Daza sostiene que “para entender el rechazo u oposición a este método de reproducción, es necesario comprender los puntos de vista de las personas que están a favor o en contra, así como sus creencias, aprendizajes, su cosmovisión y componentes del contexto.

“Si preguntamos a un creyente ortodoxo si está de acuerdo con este método, es casi seguro que señalará que es un método antinatura; si se lo preguntamos a una joven feminista, lo apoyará, y si se lo preguntamos a un profesional de la salud, dirá que está bien que las parejas decidan diversas opciones si es que su fin es tener un hijo”.

Según el Centro Colombiano de Fertilidad y Esterilidad (CECOLFES), la infertilidad ha aumentado en el país: en la última década se pasó de un 20% a un 24% en su incidencia.

Empatizar antes

De acuerdo con Diana Cecilia Gómez Miranda, este tipo de comentarios -aunque se hagan a través de la pantalla de un celular- sí pueden afectar a quienes atraviesan estos procesos de concepción asistida “generando grandes debates internos y cuestionamientos, reforzando posibles creencias de fracaso, de incapacidad, la frustración, vergüenza, incrementando el estrés y la ansiedad, lo cual sin duda puede influir de manera directa en el proceso (el cuidado emocional es clave durante este)”; la psicóloga clínica sostiene además que por ello es importantísimo contar con la ayuda de expertos en psicología para acompañar el proceso. Lee: 6 cosas que debes saber sobre la infertilidad masculina

Al respecto, Diana Marcela Martínez Daza señala que es relativo: hay quienes tienen tan clara su meta de convertirse en padres que se preparan para este tipo de comentarios, casi que los prevén y no les dan importancia porque están enfocados en su objetivo.

Para ambas, estos prejuicios llevan años con nosotros y seguirán acompañándonos...

“Sea como sea, la fertilización asistida siempre contará con detractores, ya que los prejuicios pueden ser concebidos incluso generacionalmente por medio de elementos religiosos, culturales y hasta políticos… así que la forma en que se asume la decisión y se hace el acompañamiento de profesionales puede influir de manera positiva para hacer mucho más llevadero este proceso”, concluye Martínez Daza.

Antes de terminar... El título de esta página no pretende describir a quienes no pueden tener bebés, sino más bien a los prejuicios.

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