Técnicamente, la vejez empieza a partir de los 78 años o más, pues así se ha creído siempre, sin embargo, un estudio de la Facultad de Medicina de la Universidad de Stanford realizado a 4 mil 263 personas con una edad entre los 18 y 95 años, reveló que científicos llegaron a la conclusión de que se es oficialmente viejo desde los 34 años. Lea aquí: Dormir bien: la clave para una vida saludable y plena
La razón es porque es en esta edad cuando el cuerpo empieza a tener cambios en las proteínas relacionadas con la vejez. Estas proteínas son las encargadas de mantener un cuerpo joven; un ejemplo de ellas es el colágeno que producimos naturalmente. En esta edad, su producción disminuye y es ahí cuando empiezan a reflejarse las arrugas en la piel.
La investigación dirigida por Tony Wyss-Coray, profesor e investigador de la Universidad de Stanford, señala que los niveles de ciertas proteínas se mantienen constantes durante un período prolongado y repentinamente sufren cambios significativos sea hacia arriba o hacia abajo.
1. Edad Adulta | 34 años: a los 34 años, se observa un cambio significativo en la cantidad de proteínas en la sangre y se considera el primer punto de inflexión en las etapas del envejecimiento. Durante esta fase, es probable que una persona experimente cambios en su cuerpo y su metabolismo, lo que puede afectar su salud y bienestar en general. Lea también: ¿Hablar sin usar las cuerdas vocales? Este innovador parche lo permitirá
2. Madurez Tardía | 60 años: a los 60 años, se produce el segundo punto de inflexión durante el envejecimiento con cambios en los niveles de proteínas en la sangre, lo que indica una transición de la edad adulta a la madurez tardía. En esta etapa, es común la reducción de la masa muscular, la disminución de la densidad ósea y la posibilidad de enfrentar problemas de salud relacionados con el envejecimiento.
3. Vejez | 78 años: la tercera etapa de inflexión durante el proceso de envejecimiento, ocurre a los 78 años. Esto marca la entrada en la vejez y se asocia con cambios más pronunciados en los niveles de proteínas en la sangre.