Las bebidas energizantes son reconocidas por sus efectos inmediatos sobre el cuerpo y por la cantidad de azúcar y cafeína que contiene por envase. Actualmente cuentan con una variedad de sabores y presentaciones que llaman la atención de sus consumidores. A su vez, cuentan con campañas publicitarias donde utilizan figuras reconocidas para captar más audiencia.
Estos productos son de fácil acceso para jóvenes y adultos, ya que son presentados como alimentos, ubicándose en las estanterías de tiendas y supermercados.
A través de varios estudios se ha demostrado que ingerir este tipo de bebidas puede causar daños en el sistema cardiovascular, en vista de que aumentan el ritmo cardíaco por la presencia de altas cantidades de azúcar y cafeína, mezclada con frutos tropicales y, en algunos casos, hierbas para darle un sabor particular. Lea aquí: Bolivia vuelve al uso obligatorio de mascarillas en escuelas
Pese a esto, las bebidas energizantes tienen una gran acogida en jóvenes por sus rápidos efectos y la sensación que genera. Muchas actividades que desempeñan son acompañadas por este tipo de bebidas; como estudiar, realizar ejercicio y para compartir con otras personas.
A pesar de su contenido alto en vitaminas y carbohidratos, su combinación con otros elementos como conservantes y colorantes, junto con metilxantinas, representan un riesgo para el funcionamiento de nuestro organismo. Lea aquí: “Golpeo mi cabeza contra las paredes”: así tortura la cefalea en racimos
Por ende, se recomienda disminuir su consumo, para evitar efectos secundarios como adicción, hiperactividad, irritabilidad y deshidratación en casos de alto consumo. Al igual que puede generar alteraciones en el ciclo del sueño y exceso de azúcar en la sangre.
Su prohibición se extiende a personas con problemas de tensión, mujeres embarazadas, niños y personas que presenten inconvenientes con el insomnio.
Información de la Universidad Central de Colombia.