¿Alguna vez ha experimentado un fuerte dolor en el codo? Sí su respuesta es positiva lo más probable es que haya sido epicondilitis, una afección que se conoce como ‘codo del tenista’ y que se asocia a la tensión excesiva en los músculos extensores del antebrazo. Lea: Ola de calor en Cartagena causa dolores de cabeza más fuertes: experto
De acuerdo con la Clínica Mayo, el codo del tenista es una lesión muscular por uso excesivo y sobrecarga. La causa es la contracción repetida de los músculos del antebrazo que utiliza para extender y elevar su mano y su muñeca. Lea: ¿Artrosis o artritis?: así puedes diferenciar estas enfermedades articulares
Con ayuda de la doctora Mary Carmen Orellano Nieto, especialista en Gerencia de la seguridad y salud en el trabajo de la Universidad de Cartagena, profundizamos sobre esta afección y las medidas que puede tomar para prevenirla.
¿Cuál es el origen de esta afección?
En 1882 fue descubierta por Henry J. Morris y solo la presentaban los deportistas que jugaban tenis. En la actualidad es muy común esta afección en el ámbito laboral y puede ser desencadenada por movimientos repetitivos, como la rotación hacia adentro o hacia afuera del antebrazo y codo o ejecutar actividades a un nivel no adecuado o movimientos repetitivos.
¿Cuáles son los síntomas?
Los síntomas inician con dolor agudo a nivel del codo, debilidad del antebrazo, dolor irradiado a muñeca y muchas veces hombro; hasta dificultad para sujetar un objeto.
¿Qué tipo de trabajos están expuestos para sufrir epicondilitis y con qué características?
Los trabajos que implican movimientos repetitivos del antebrazo, especialmente la rotación hacia adentro o hacia afuera; esto incluye actividades que requieren un uso constante del ratón (mouse) y el teclado, como trabajos de oficina y programación, cuyos profesionales pasan más de tres horas sin realizar pausas activas. También es muy frecuente en profesiones que demandan manipulación constante de herramientas manuales, como carpintería, plomería o construcción, pues exigen la ejecución frecuente de movimientos de agarre y torsión, así como el uso prolongado de herramientas o dispositivos mal ajustados. Factores como la falta de pausas para descansar y estirar constituyen un alto riesgo para padecer epicondilitis.
¿Cuál es el tratamiento para esta afección?
-Aplicar hielo en la zona afectada puede ayudar a reducir la inflamación y aliviar el dolor. Se recomienda aplicar hielo durante 15-20 minutos varias veces al día, -Medicamentos como el ibuprofeno o el naproxeno pueden ayudar a reducir la inflamación y aliviar el dolor.
-Tratamiento fisioterapéutico para el fortalecimiento de los músculos del antebrazo, mejoran la flexibilidad, el uso de férulas o coderas también puede ayudar a aliviar la presión sobre los músculos afectados. Asimismo se pueden realizar terapias de ondas de choque para estimular la curación de los tejidos afectados.
- Cirugía en casos muy raros y persistentes, cuando otros tratamientos no han tenido éxito, la cirugía puede ser considerada clave para aliviar la presión en los tendones.
Consejos para evitar la epicondilitis$>
La doctora Orellano comparte algunas medidas que puede tomar en su puesto de trabajo:
Altura del escritorio: ajustar la altura del escritorio para que esté entre 70 y 75 centímetros. Asegúrate de que, al sentarte, tus codos formen un ángulo cercano a 90 grados.
Altura del monitor: el monitor debe estar a la altura de los ojos, aproximadamente a 50-70 centímetros de distancia.
Teclado y ratón ergonómicos: usar dispositivos que reduzcan la pronación y supinación, y asegúrese de que estén a una altura cómoda.
Pausas y estiramientos activos de 10 o 15 minutos cada dos horas.