Piel pálida, dificultad para respirar, mareos, manos y pies fríos y dolores de cabeza son síntomas de anemia, una condición en la que la sangre no produce suficientes glóbulos rojos sanos para transportar un nivel adecuado de oxígeno a los tejidos del cuerpo.
“Lo que las personas no saben es que la anemia es el signo más común encontrado en el 85% de los casos de síndromes mielodisplásicos (SMD), un grupo heterogéneo de enfermedades de la médula ósea que afecta a personas de cualquier edad, raza y género, siendo más frecuente en los adultos mayores”, advierte el Dr. David Cano-Rodríguez, especialista del área de Hemato-Oncología de la compañía biofarmacéutica global Bristol Myers Squibb Colombia. Lea: Cánceres de sangre: datos clave para un diagnóstico oportuno
Pero, ¿qué causa la aparición de síndromes mielodisplásicos? El especialista explica que estos se presentan “cuando la médula ósea no produce suficientes células sanguíneas sanas debido a errores en el ADN de las células madre. La consecuencia de su alteración es la presencia de cantidades insuficientes de eritrocitos, glóbulos blancos y/o plaquetas. Por lo que, además de anemia, pueden provocar infecciones frecuentes, hematomas o hemorragias”.
En su forma más leve, el síndrome mielodisplásico puede consistir únicamente en anemia, pero los tipos de mayor riesgo progresan a una leucemia mieloide aguda, cáncer de rápido crecimiento que se desarrolla en uno de cada tres pacientes, para quienes el trasplante de médula ósea es el único procedimiento curativo. “Sin embargo, este no es elegible para todos, de modo que el gran reto en investigación es predecir quiénes tendrán un curso agresivo de la enfermedad y buscar nuevas opciones terapéuticas para ellos”, afirma Cano-Rodríguez. Lea: 8 síntomas que podrían indicar que su hijo sufre de anemia
Se estima que, a nivel mundial, el síndrome mielodisplásico tiene una incidencia de 4.9 por cada 100.000 personas al año. Lamentablemente, “en Latinoamérica se ha observado una ausencia casi absoluta de datos epidemiológicos y Colombia no es la excepción. El país tampoco cuenta con información detallada de incidencia y prevalencia”, apunta el especialista.
La incidencia de estos síndromes aumenta con la edad, siendo la media de aparición los 70 años, y es más común en los hombres, así como en quienes consumen tabaco, tienen antecedentes de síndromes hereditarios (como la anemia de Fanconi), y en quienes recibieron quimioterapias previas o han tenido exposición prolongada a radiaciones o benceno.
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¿Cómo prevenir?
Cano-Rodríguez señala que “no existe una manera infalible de prevenir los síndromes mielodisplásicos. Sin embargo, se pueden tomar medidas para tratar de reducir su riesgo, entre ellas, no fumar o evitar la exposición a determinados productos químicos”.
Tenga en cuenta que debido a que el SMD no suele causar síntomas al principio, con frecuencia pasa desapercibido e incluso, muchas veces, se atribuye a la edad o se confunde con comorbilidades (una o más enfermedades en la misma persona), dificultando el diagnóstico y manejo terapéutico.
Ante esta situación, Bristol Myers Squibb Colombia y la Fundación Colombiana de Leucemia y Linfoma instan a los colombianos a que se realicen un análisis de sangre de rutina y, si en este se observan signos de anemia o bajos niveles de otras células sanguíneas, acudan con un especialista en hematología para ayudarlos con la detección y el tratamiento oportunos.
El Dr. David Cano-Rodríguez explica que “no existe cura para el síndrome mielodisplásico, pero el tratamiento, que suele tener como objetivo retardar la enfermedad, aliviar los síntomas y prevenir complicaciones, puede consistir en transfusiones de sangre (glóbulos rojos y plaquetas) y medicamentos”.
Una medida que califica como extraordinariamente útil es la transfusión de sangre, “pero constituye un recurso limitado y no exento complicaciones como la sobre carga de hierro, que puede dañar órganos como hígado, corazón y cerebro. En ese sentido, la elección del tratamiento se basa en el riesgo de mortalidad, edad, comorbilidades, progresión hacia leucemia mieloide aguda y preferencia del paciente”, agrega.