La pérdida auditiva es una patología común entre la población de adultos mayores y se empieza a manifestar a partir de los 60 ó 65 años. Por eso, en este mes del Adulto Mayor, es clave reconocer posibles síntomas relacionados con la presbiacusia, y poner así remedio para evitar complicaciones de los abuelos. Lea: Envejecimiento saludable: cinco claves para lograrlo
Según datos del Departamento Administrativo Nacional de Estadística (Dane), hasta 2018 el 9,1 % de la población colombiana estaba compuesta por personas mayores de 65 años, mientras que solo el 8,4 % eran niños en el rango de edad de cero a cinco años.
Además, se proyecta que Colombia alcanzará la cifra de 10 millones de adultos mayores para el año 2031.
Uno de los factores a tener en cuenta en la medida en que una persona va avanzando en edad es que se van deteriorando los sentidos, con la potencial aparición de la presbiacusia, entendida como la pérdida auditiva en personas mayores y uno de los trastornos más comunes que afectan a este grupo poblacional.
¿Cómo saberlo?
Estudios revelan que existen vínculos probados entre la pérdida de la audición, que es la tercera afección crónica en adultos, y el deterioro cognitivo, el aislamiento, la depresión, lo que representa un aumento en la necesidad de cuidados médicos y sociales; más cuando las investigaciones también señalan que estas personas pueden no buscar tratamiento por casi 10 años.
“Lo normal es que todos vayamos perdiendo la audición, pero dependerá de la gravedad de caso de cada adulto mayor, sus patologías clínicas o si llegó a tener antecedentes que afectaran este sentido”, afirma Andrea Bravo, directora clínica de Med-la zona norte de América Latina.
“En consecuencia, una proporción significativa de las consultas médicas se enfocan en cuestiones relacionadas con la salud auditiva. Estas preocupaciones suelen estar vinculadas al deterioro de la capacidad auditiva, lo que finalmente desencadena la pérdida de la audición. Esto, a su vez, motiva a las personas a explorar soluciones para restaurar este sentido, tales como el uso de dispositivos como el implante coclear”, comenta Bravo. Lea: Pasar los 65 años y estar saludable sí es posible: la OMS resalta las claves
Según los especialistas hay que analizar estas cinco posibilidades para detectar a quien sufre de esta enfermedad:
1. Oye, pero no entiende mucho. Se pierden los sonidos agudos y se pueden oír fonemas graves como la vocal ‘a’ pero no los agudos como la letra ‘s’, lo que hace que se confundan unas palabras con otras.
2. El ruido los enreda más. Por ejemplo, si la persona debe pedir constantemente que le repitan las palabras, principalmente en espacios en donde hay más personas o donde se generan conversaciones simultáneas. Lea: 5 pasos a seguir si siente que está perdiendo la audición
3. Aparece un pitido o zumbido. Es la clásica señal de que la pérdida auditiva comienza a hacer de las suyas. Cuando esto suceda lo mejor es pedir un examen auditivo o logoaudiometría para verificar si es necesario poner dispositivos de amplificación auditiva, como son audífonos convencionales (para que el paciente oiga y entienda mejor) o un implante coclear, para casos más complejos.
4. Las voces masculinas son más fáciles de entender que las femeninas. Así como suena: entre más aguda es la voz, es más complicado de entender para una persona con esta enfermedad.
5. Ojo con los medicamentos y la falta de ejercicio. Si bien las personas mayores son más propensas a perder la audición paulatinamente, los malos hábitos como no hacer ejercicio, tener una alta exposición al ruido e ingerir ciertos medicamentos, pueden acelerar este proceso natural de desgaste.