La salud cardiovascular es fundamental para nuestro bienestar general. Aunque sabemos que deberíamos cuidar nuestro corazón, a menudo no estamos completamente informados sobre cómo hacerlo. En el marco del “Día Mundial del Corazón”, profundicemos en los alimentos que podrían ser perjudiciales para el corazón y en cómo podemos trabajar para proteger este órgano vital. Lea aquí: Día Mundial del Corazón: cinco consejos para tu salud cardiovascular.
1. Alimentos ricos en grasas trans$>
Estas grasas artificiales están presentes en numerosos productos horneados y fritos comerciales. No solo incrementan el LDL (colesterol “malo”), sino que también disminuyen el HDL (colesterol “bueno”), configurando un doble riesgo para enfermedades cardiovasculares. Alimentos horneados comerciales como pasteles, galletas dulces y tartas; frituras como las papas francesas, las donas y el pollo frito; Crema de leche para café sin lácteos o la margarina en barra, son algunos de esos alimentos llenos de grasas trans que se suelen consumir sin cuidado.

2. Sal$>
A pesar de su papel en la sazón de los alimentos, el sodio en exceso puede ser un enemigo para nuestro corazón. Al elevar la presión arterial, eleva el riesgo cardiovascular. Es crucial moderar el consumo, especialmente en alimentos procesados. Un aumento en la presión arterial puede elevar el riesgo de fallecer por problemas cardíacos. Ingerir más sal que potasio se relaciona con una mayor probabilidad de enfrentar hipertensión y complicaciones cardiovasculares.
3. Carnes frías$>
Aunque son una fuente rica de proteínas, las carnes rojas, contienen altos niveles de grasas saturadas y sodio, factores de riesgo para el corazón. Las más perjudiciales son las procesada, como salchichas, tocino, jamones y carnes frías. La razón es que estas carnes no solo contienen las grasas saturadas presentes en las carnes rojas tradicionales, que pueden elevar los niveles de colesterol en sangre, sino que también están cargadas de sodio, conservantes y otros químicos.

4. Bebidas azucaradas$>
Estas bebidas, populares en nuestra dieta diaria, pueden ser una bomba de tiempo para el corazón debido a su contribución al aumento de peso y el riesgo de diabetes tipo 2.
Pasos hacia una alimentación cardiosaludable$>
1. Fomenta las proteínas magras: pescados ricos en omega-3, pollo sin piel y legumbres son excelentes opciones.
2. Incrementa el consumo de frutas y verduras: ambos grupos alimenticios son ricos en antioxidantes, vitaminas, minerales y fibra.
3. Elige grasas saludables: los aceites vegetales (no las mantecas), las nueces y las semillas, y el aguacate son fuentes de grasas saludables.
4. Modera el azúcar: es esencial ser consciente de los azúcares ocultos en muchos alimentos procesados.
5. Hidratación es clave: el agua es esencial para muchas funciones corporales, incluida la circulación.
Dieta mediterranea$>
La dieta mediterránea es un patrón alimenticio tradicional que se observa en países del Mediterráneo, como Grecia, Italia y España. Se ha ganado una reputación mundial debido a sus múltiples beneficios para la salud.
Se basa en alimentos naturales como verduras, frutas, legumbres, granos enteros, pescado y aceite de oliva. Las carnes rojas se consumen con moderación, y se aleja del consumo de bebidas alcohólicas. Además, se omite el consumo de comidas procesadas o hechas sin aceite de Oliva.
Estudios han demostrado que la dieta mediterránea puede reducir significativamente el riesgo de enfermedades cardíacas, ya que ayuda a bajar los niveles de colesterol y la presión arterial. Lea aquí: Tome nota: alimentos con los que podría controlar y prevenir el estrés.
Entre otras cosas, aléjate de los malos hábitos, aunque algunas investigaciones sugieren que un consumo moderado de alcohol puede tener ciertos beneficios cardíacos, el exceso puede tener el efecto contrario, aumentando la presión arterial y potencialmente dañando el músculo cardíaco. Y ni hablar del cigarrillo o una vida demasiado sedentaria.
Con la información adecuada y una actitud proactiva, podemos tomar decisiones más informadas sobre nuestra dieta y estilo de vida, garantizando así un corazón más saludable y una vida más prolongada.
No se trata de dejar de ingerir tus alimentos favoritos, es cuestión de tener un control sobre la forma en que se comen. Un pollo asado cada tanto no queda mal para disfrutar del fin de semana, pero sin control, nos estamos haciendo un daño más duradero que el de la satisfacción de comerse ”algo delicioso”.
*Este artículo se hizo con el apoyo de la Inteligencia Artificial y revisada por un periodista