Nicholas Smithson, un hombre de 38 años, se llevó un inesperado y alarmante descubrimiento tras visitar su peluquería: tenía cáncer de piel. Mientras se cortaba el cabello, su peluquero le señaló un lunar sospechoso en su cuello.
Siguiendo este aviso, Smithson consultó a dos médicos que restaron importancia al lunar. Sin embargo, una posterior consulta con un dermatólogo reveló que era un melanoma nodular, un tipo agresivo de cáncer de piel. Léa aquí: La quimioterapia puede provocar la recaída de cáncer de mama, según estudio
Después de conocer su situación, los amigos de Smithson crearon una campaña en GoFundMe para ayudarlo a viajar y disfrutar al máximo su tiempo restante. Agradecido por el apoyo recibido, Nicholas continúa su lucha contra el cáncer.
Una “historia” semejante
En una historia conexa, un granadino de 60 años, diagnosticado con cáncer, expresó su deseo de ingresar voluntariamente en el centro penitenciario de Alhaurín de la Torre, en Málaga, España.
La razón detrás de esta petición insólita es su temor a “estar solo”, esperando que en la cárcel tenga compañía y alguien que pueda asistirlo si su salud se deteriora. Lea aquí: Leche materna serviría para diagnosticar cáncer de mama en fase temprana
A pesar de las derivaciones a servicios de salud mental y las recomendaciones para visitar a su médico, este hombre siente que ha sido abandonado por los sistemas de salud y social.
Sin querer cometer delitos, pero desesperado por no estar solo, ha pedido públicamente su ingreso a prisión con un cartel que dice: “Quiero ir a la cárcel”. Asegura que seguirá solicitando su deseo hasta que se le brinde una solución.