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Salud

El Asperger no es una enfermedad: abecé del trastorno más intelectual

El concepto quedó en boca de todos cuando el hermano del presidente Gustavo Petro aseguró que ambos comparten este síndrome. Expertos lo explican.

El Asperger no es una enfermedad: abecé del trastorno más intelectual

En comparación con otro tipo de autismo, en este existe mayor capacidad en el lenguaje y nivel intelectual.

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“Tristemente yo siento que ahora hay una connotación de que el presidente está enfermo y eso no es. El presidente no está enfermo. El Asperger no tiene que ver con una enfermedad sino con una característica del ser”, aclaró Juan Fernando Petro este lunes, luego de que una entrevista en la que aseguró que tanto él como su hermano, el presidente Gustavo Petro, comparten el síndrome de Asperger, causó revuelo entre muchas personas. Lea: “Malinterpretaron lo que yo dije”: hermano de Petro sobre salud del presidente

Y es que abunda el desconocimiento sobre el que hoy se denomina Trastorno del Espectro Autista (TEA) de nivel 1.

“Con la última actualización del Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales, el concepto de “Asperger” ya no ingresa dentro de los criterios y códigos diagnósticos. Se debe hablar de Trastorno del Espectro Autista de nivel 1. Este grupo diagnóstico se clasifica como un trastorno del neurodesarrollo, que requiere soporte en algunas áreas de la vida como la comunicación social y los intereses, que suelen ser restringidos”, explicó Ligia Stella Parales Bojacá, representante del campo disciplinar y profesional de Neurociencias y Psicobiología del Colegio Colombiano de Psicólogos (Colpsic).

Los síntomas de este TEA suelen aparecer durante la primera infancia “y están relacionados principalmente con dificultades en la interacción social, que se pueden observar y son consideradas atípicas socialmente. También, al momento de tener el déficit social, algunas personas pueden desarrollar aislamiento o disminución en el interés por participar en actividades sociales”, indicó la psicóloga y magíster en neuropsicología y educación. Lea: Autismo: ante qué señales se debe sospechar y qué hacer

Agregó que “otros síntomas que se pueden encontrar son aquellos que interfieren con los eventos repentinos e inusuales en el día a día, pues suelen presentar actividades restringidas y tener especial predilección por las conductas repetitivas, en donde en ocasiones suelen tener resistencia a los cambios que se pueden producir en el contexto”.

Intelectuales y prodigiosos

Adolfo Castilla Sánchez, especialista en psicología clínica y salud mental, manifestó que las características de una persona con este trastorno dependerán “del grado de afectación o compromiso del desarrollo evolutivo. Sin embargo, por lo general el Asperger se denomina como un trastorno autista de alto funcionamiento y sus síntomas frecuentemente son subclínicos, es decir, no se observan tan evidentes o visiblemente en comparación con un autismo de grado 2 o 3”.

No obstante, precisó que las personas diagnosticadas con el TEA de nivel 1 se distinguen porque “les cuesta mantener relaciones interpersonales o profundizar en lo afectivo, son perseverantes y monótonos, con algunos rituales en su vida, y además tienen dificultad para interpretar, comprender y manifestar las emociones. En comparación con otro tipo de autismo, en este existe mayor capacidad en el lenguaje y nivel intelectual”. Lea: Estos son los síntomas del síndrome de Asperger, condición que tiene Petro

No existe un tratamiento único para todos los pacientes con TEA. El objetivo es maximizar la capacidad de cada uno para desempeñarse al reducir los síntomas.

Al respecto, Parales expresó que tuvo “la fortuna de conocer e interactuar con personas que tienen TEA y algunos son buenos para el detalle y las actividades que requieren de constancia y concentración. Algunos no necesitaban mirarme o decirme palabras de afecto para que yo pudiera entenderlos, solamente me bastaba con conocerlos y saber cómo expresaban su amor hacia el otro. Si hablamos de cómo son, solo puedo decir que son seres reales, sumamente honestos y algunos prodigiosos”.

¿Altos cargos y grandes talentos?

Del nivel de funcionamiento de la persona diagnosticada dependerá si llega a ocupar altos cargos o a desarrollar grandes talentos.

“No se puede descartar solo por el hecho de tener el trastorno. Si su funcionamiento en las áreas de las actividades globales así lo permiten, si no se encuentra afectado su aspecto volitivo o de voluntad propia, si no existe la evidencia de la comorbilidad con otros trastornos evidentes y comprobados, como son el trastorno de personalidad esquizoide, esquizotípico, ansiedad grave, trastorno afectivo bipolar y trastorno depresivo mayor”, destacó Castilla. Lea: Asperger: famosos diagnosticados con la condición que tendría Petro

Parales agregó que todo dependerá de si la persona con este diagnóstico “tuvo un proceso óptimo de estimulación temprana, en aspectos como la cognición, el comportamiento y la interacción”, reiterando que “no se debe generalizar, etiquetar ni estigmatizar a una persona que tiene algún diagnóstico, pues el ser humano tiene diferencias por una cantidad de aspectos en su ciclo vital”.

Y Castilla recalcó: “El Asperger no se considera una enfermedad, por lo tanto, no se cura, las personas no se medican por el hecho de ser Asperger, no se contagia, no es una enfermedad mental”.

Diagnóstico y tratamiento

Profesionales de la salud, especialmente psicólogos y psiquiatras especializados en TEA, son los idóneos para el diagnóstico.

La psicóloga Ligia Stella Parales Bojacá explicó que el proceso diagnóstico del TEA de nivel 1 “se debe realizar con cuidado, entendiéndolo como una herramienta que soporta la toma de decisiones para el tratamiento. Para poder realizar un adecuado diagnóstico, es necesario contemplar los siguientes componentes: lo etiológico, lo funcional y lo sindrómico”.

Indicó que “el diagnóstico etiológico sirve para determinar las posibles causas de las alteraciones. Por su parte, el diagnostico funcional ayuda a definir tanto cuantitativa como cualitativamente las disfunciones o trastornos, pero también las habilidades, capacidades y potencialidades. Además, el diagnóstico sindrómico, soporta la definición de una entidad patológica establecida”.

Sobre el tratamiento, señaló que “es importante entender que independientemente de si una persona tiene o no un diagnóstico se deben conservar los principios de trato humano y respetuoso hacia el otro. Una sociedad verdaderamente incluyente y tolerante a las diferencias humanas es esencial en el óptimo desarrollo del bienestar y la calidad de vida. Además, es fundamental comprender que además de un diagnóstico, existen diferencias en muchos aspectos como el aprendizaje, las dinámicas sociales, culturales, económicas, entre otros. El trato debe ser desde allí, desde darse cuenta que todos son diferentes por diversas particularidades y, por consiguiente, se debe hacer un fortalecimiento psicosocial en elementos como la empatía y la conducta prosocial desde la primera infancia”.

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