Soldados que luchan en guerras y personas que sufren violencia, huidas y desplazamientos pueden sufrir el llamado trastorno de estrés postraumático (TEPT) y los fenómenos meteorológicos extremos son considerados desastres de este tipo. Lea: Vivir la guerra es enfrentar estrés postraumático
Andreas Meyer-Lindenberg, psiquiatra y presidente de la Sociedad Alemana de Psiquiatría, Psicoterapia, Psicosomática y Neurología (DGPPN, por sus siglas en alemán), quien fue uno de los primeros en intervenir Estados Unidos en 2005 tras el paso del huracán Katrina, que cobró más de 1.800 vidas, explica que “no todas las personas expuestas a fenómenos meteorológicos extremos tienen como consecuencia problemas de salud mental. Pero estos trastornos y enfermedades aumentan significativamente tras dichos fenómenos”, asegura.
“El TEPT se define por el hecho de que se ha producido un suceso extremadamente amenazador del que usted mismo o alguien cercano ha sido testigo, y se convierte en el centro de sus dolencias”, explica.
A través de los llamados flashbacks, la catástrofe se revive una y otra vez. Como consecuencia, los afectados intentan evitar todo lo que pueda desencadenar estos recuerdos, como, por ejemplo, la lluvia en el caso de víctimas de inundaciones.
Debido a la imposibilidad de afrontar la experiencia, el trastorno de estrés postraumático no suele desaparecer sin ayuda terapéutica, afirma el psiquiatra.
¿Cómo funcionan los primeros auxilios psicológicos?
En primer lugar, debe haber un lugar donde dormir, algo que comer y agua potable limpia, sostiene Meyer-Lindenberg.
En segundo lugar, es importante tranquilizar, es decir, escuchar cuando alguien quiere hablar, sin forzar una conversación sobre lo vivido.
En tercer lugar, los afectados deben poder ponerse en contacto con sus familiares lo antes posible, especialmente los niños.
También es importante experimentar autosuficiencia, dice Meyer-Lindenberg, la sensación de participar activamente en la configuración de una situación en lugar de sentirse exclusivamente a merced de ella. Y, por último, es esencial mantener la esperanza con la sensación de que esa situación se va a superar.
Si los síntomas del TEPT aparecen más tarde, la llamada terapia de exposición puede ayudar a los afectados a enfrentarse de nuevo al trauma y superarlo. “El TEPT puede volver a desaparecer por completo”, afirma Meyer-Lindenberg.
Sin embargo, las personas con un TEPT preexistente experimentan una retraumatización cuando se exponen repetidamente a fenómenos meteorológicos extremos: el trastorno de estrés postraumático no mejora cuantas más veces se pasa por una situación extrema, más bien al contrario.