Es conocido que la lactancia materna entrega una serie de beneficios para la salud, tanto como para la madre como para el bebé. La leche materna contiene varios anticuerpos que protegen ante posibles infecciones al sistema inmunitario del recién nacido. Y las madres que amamantan tienen menos riesgo de padecer cáncer de mama o de ovarios y enfermedades metabólicas, como la diabetes. Lea: Lactancia materna tiene una hora mágica: conoce sus beneficios
Recientemente, investigadores del Centro de Investigación sobre Nutrición Humana y Envejecimiento (HNRCA, por sus siglas en inglés) de la Universidad Tufts de Massachusetts (EE. UU.) han descubierto una relación entre una molécula de azúcar contenida en la leche materna y el desarrollo cerebral infantil.
En concreto, el estudio publicado por la revista Proceedings of the National Academy of Sciences destaca un micronutriente llamado mio-inositol que está presente en la leche materna durante los primeros meses de lactancia, justo en la fase en que se forman las conexiones neuronales del cerebro de un lactante.
En las muestras se observó que la concentración de mio-inositol variaba en función del origen étnico y social de las madres.
“La formación y el perfeccionamiento de la conectividad cerebral desde el nacimiento están guiados por fuerzas genéticas y ambientales, así como por las experiencias humanas”, afirmó en un comunicado Thomas Biederer, autor principal del estudio. Lea: Lactancia materna: “Amamantar y trabajar, ¡hagamos que sea posible!”
El impacto de estos factores fue “especialmente importante en dos etapas de la vida: durante la infancia, y más adelante, a medida que se envejece y se pierden gradualmente las sinapsis”, añadió.
Los micronutrientes se traspasan rápidamente en niños y jóvenes
El estudio sugiere que la dieta y la nutrición de las madres desempeñan un papel crucial en el desarrollo de los lactantes y los niños pequeños.
La llamada barrera hematoencefálica es más permeable que en los adultos. Eso significa que los micronutrientes de los alimentos pueden traspasarse más fácilmente al cerebro de los más jóvenes.
“Como neurocientífico, me intriga lo profundos que son los efectos de los micronutrientes en el cerebro”, señaló Biederer.
La molécula de azúcar mio-inositol también se encuentra en algunos cereales, judías, salvado y melones.
Estudios anteriores han demostrado que los niveles de inositol en el cerebro humano disminuyen a medida que los niños crecen. En los adultos, los investigadores han descubierto que las personas con depresión grave o trastorno bipolar también tienen niveles más bajos de inositol.
Sin embargo, no está claro si un nivel más bajo de inositol causa enfermedades mentales, o si la disminución de inositol es un efecto secundario causado por la medicación que se utiliza para tratar la depresión o el trastorno bipolar.
En el caso de los bebés que no son amamantados, el neurocientífico Thomas Biederer afirma que “puede ser beneficioso aumentar los niveles de mio-inositol en la leche de fórmula infantil”, aunque no recomendó que los adultos prestaran especial atención a la cantidad que consumen.