“¡Cuidado mamá, su hijo podría heredar sus enfermedades atópicas!”. Esa es la reciente advertencia lanzada por el médico pediatra y magíster en Inmunología, César Muñoz. Y es que estudios han mostrado una mayor asociación entre la atopía de la madre y sus hijos, en relación a la que se presenta con el padre.
Pero, ¿qué significa la atopía? Muñoz explicó que es “la predisposición genética a ser más sensible a las sustancias del medioambiente y está relacionada con sufrir enfermedades alérgicas, en otras palabras, ser atópico es ser hipersensible”. Lea: ¡Cuidado! No es solo gripe: múltiples virosis circulan en Cartagena
Y precisó que las principales causas por las que los hijos suelen heredar la atopía de las madres son la dieta de la mujer durante la gestación, factores inflamatorios transferidos por madres alérgicas a través de la placenta, e incluso se ha propuesto que el tipo de microbiota que le transmiten las madres a sus hijos puede predisponerlos a sufrir estas enfermedades.
El especialista señaló que “puede sospechar que usted o su hijo son pacientes atópicos si no toleran factores que para la mayoría no son un problema, por ejemplo, si el polvo y los olores fuertes les causan rinitis o dificultad respiratoria; si el sudor, los jabones, las cremas y los perfumes les causan picazón o les generan dermatitis; o si algunos alimentos les causan brotes o síntomas gastrointestinales como vómitos o diarrea”. Lea: Alergias: ¿Qué las causa? y ¿Qué tipo de alergia es grave? Causas, tipos y tratamientos
¿Cómo prevenir?
El experto sostuvo que “no existen estrategias infalibles que prevengan las enfermedades atópicas, pero hay formas de disminuir su probabilidad”.
Detalló que en estudios epidemiológicos “se ha encontrado que los niños que crecen desde el primer año de vida acompañados de un perro tienen menos posibilidad de desarrollar asma, igual que los que crecen en áreas rurales”. En estos últimos se desconoce si es por la compañía de animales o por la menor exposición a la contaminación.
“Al parecer estar en contacto con gérmenes también tiene que ver y se ha postulado una “hipótesis de la higiene”, donde la menor exposición a microorganismos en un ambiente muy limpio (como las ciudades) aumenta la posibilidad de desarrollar alergias”, agregó.
El momento en que los bebés inician la alimentación complementaria también previene las enfermedades alérgicas. “Se sugiere que inicie a los cuatro meses, incluidos alimentos altamente alergénicos, como el maní, pescado, huevo, trigo y mariscos”, dijo Muñoz, recalcando que los pacientes atópicos pueden desarrollar enfermedades potencialmente graves, por lo que es importante que se acompañen de un inmunólogo para intervenir tempranamente estas alteraciones.