El mes pasado, la muerte de un bebé de dos meses en el país, que broncoaspiró cuando era alimentado con leche materna, alertó los riesgos a los que se exponen los infantes si no son amamantados de manera correcta y segura. Lea: Leche materna, esencial para activar el corazón del recién nacido
El atragantamiento durante la lactancia puede ocurrir si el bebé no está en la posición adecuada. Además, porque al inicio de su vida puede costarle coordinar la succión con la deglución. Así que es clave que las madres eviten este tipo de situaciones con los conocimientos del caso.
Paola Andrea Rueda García, médica familiar y profesora de medicina en la Universidad de Santander (Udes), señaló que en caso de que el bebé se esté atragantando es fundamental mantener la calma.
“Si se da cuenta de que no está haciendo una respiración rítmica y acorde al momento de la deglución, el niño debe ponerse inmediatamente en posición boca abajo, preferiblemente sobre el brazo del adulto”, afirmó la consultora de Lactancia con Certificación Internacional (IBCLC).
¿Cómo se debe amamantar al bebé?
1. Mantener a los bebés en una posición lo más vertical posible, en forma diagonal. “Eso va a permitir que el niño realmente esté orientado de una manera apropiada, para que no se vaya el líquido que está ingiriendo hacia las vías respiratorias”, explicó la experta. Lea: 10 mitos sobre la lactancia materna
2. La madre debe observar constantemente la boca y nariz del niño, para asegurarse de que están permeables al paso del aire también.
3. Cuando el bebé es prematuro es importante su vinculación a los programas de ‘Madre Canguro”, para que la familia siga correctamente las pautas que se tienen para desarrollar esta técnica.
La leche humana no es un simple líquido sino un tejido: además de los nutrientes, contiene células e incluso bacterias que componen lo que se denomina la microbiota, responsable de formar el sistema de defensas del bebé y de la respuesta inflamatoria que se genera ante cualquier estrés, según Paola Andrea Rueda García, médica familiar y profesora de medicina en la Universidad de Santander (Udes).
Adicional a ello, aseguró que en la madre que amamanta también se regulan las respuestas ante el estrés y la inflamación, por tanto ella también se beneficia. Igualmente la mujer que amamanta por más de un año reduce de manera notoria el riesgo de desarrollar hipertensión y diabetes. Y por cada año que amamanta una mujer reduce en 25 % su riesgo de desarrollar cáncer de mama.
Por último, la especialista mencionó que los estudios muestran que la lactancia exclusiva al menos por cuatro meses disminuye la prevalencia de sobrepeso y obesidad tanto en las madres como en los niños y niñas.