Con el anhelo de lucir una mejor sonrisa frente a las cámaras y ante sus seguidores, un modelo de 22 años viajó en septiembre de 2022 desde Mánchester (Inglaterra) hasta Estambul (Turquía) para realizarse un diseño de sonrisa.
Lo que quería el modelo británico, identificado como Jack James, era ponerse carillas en los dientes. Pero es tan alto el costo de este procedimiento en Reino Unido que, averiguando precios, le resultaba más económico hacérselo en el extranjero.
James pagó inicialmente un valor de 3.000 libras esterlinas (alrededor de 15 millones de pesos) por su diseño de sonrisa e inicialmente quedó satisfecho con el resultado. Sus dientes lucían alineados y, según él, perfectos. Lea: ¿Le rechinan los dientes? Conozca cómo controlar el bruxismo
El pasado mes de mayo, los efectos de lo que pudo haber sido una mala praxis dentro de la reestructuración de sonrisa, empezaron a aparecer. Según contó al diario ‘The Mirror’, tenía inconvenientes para usar el hilo dental, sus encías sangraban de repente, tenía mal aliento con frecuencia y su boca comenzó a llenarse de materia.
Alarmado, acudió a una consulta odontológica de emergencia en Mánchester, donde un odontólogo le confirmó que presentaba una infección por absceso.
Lo peor quedó al descubierto cuando le revisaron su dentadura natural: ¡sus dientes quedaron tan desgastados que no tenía la forma cuadrada normal! Lea: ¡Insólito! El caso de una niña con 81 dientes sería un “reto clínico”
“Mi dentista dijo que mis dientes eran un desastre. Cuando me quitaron las carillas vi que me habían cambiado la forma de los mismos, parecían de tiburón, era algo como sacado de una película terror”, señaló para el ‘Daily Mail’.
Tanto la infección como el diseño tenían solución, pero le costaría alrededor de 20.000 libras esterlinas en Reino Unido, dinero que él no podía pagar.
Desesperado, se contactó con la clínica donde se realizó el procedimiento inicial en Estambul (Turquía), pero esta respondió que el resultado no era su culpa y que debía pagar 4.500 libras para realizarle el nuevo tratamiento.
Con tal de recuperar su salud dental, el joven volvió a viajar a Estambul.
Allí, tras sanar la infección, James se colocó un nuevo juego de carillas y regresó a su ciudad natal, pero los problemas continuaron.
Un día, mientras se cepillaba los dientes, uno se le cayó y le dejó con un gran espacio entre las piezas.
Arrepentido por todo lo sucedido, el joven le recomienda a sus seguidores investigar sobre los procedimientos que deseen hacerse antes de viajar al extranjero, ya que pueden experimentar una mala experiencia.