La tiroides, una glándula pequeña en forma de mariposa que se encuentra en la base del cuello, produce dos hormonas principales: la tiroxina (T4) y la triyodotironina (T3). Estas afectan todas las células del cuerpo e inciden en el metabolismo, el crecimiento y el desarrollo del cuerpo. Además, regulan funciones como los niveles de energía, el peso, la frecuencia cardíaca y el estado de ánimo.
Hoy 25 de mayo, Día Mundial de la Tiroides, es una oportunidad para que usted sea consciente de la importancia del funcionamiento de esta glándula en el organismo y de su impacto sobre la salud. Y es que existen tres tipos principales de trastornos de la tiroides: hipotiroidismo (tiroides hipoactiva), hipertiroidismo (tiroides hiperactiva) y cáncer de la tiroides. Lea: Hablemos sobre trastornos de la tiroides
El primero ocurre cuando la glándula tiroides no produce una cantidad suficiente de hormonas tiroideas para satisfacer las necesidades del cuerpo y afecta a cerca de 5 millones de colombianos, de acuerdo con la Revista Panamericana de Salud Pública. Sin embargo, esta cifra puede variar debido a que los trastornos de la tiroides están subdiagnosticados en el país.
Lo cierto es que las mujeres tienen ocho veces más probabilidades de tener trastornos de la tiroides que los hombres, y el hipotiroidismo es común entre ellas, en especial durante la edad fértil.
Para el Dr. Carlos Alfonso Builes Barrera, especialista en endocrinología, son cuatro las razones por las que las mujeres deben estar más conscientes de la tiroides. Lea: Cáncer de Tiroides, un enemigo silencioso
1. Son más propensas a desarrollar hipotiroidismo: las mujeres con factores de alto riesgo no deben dudar en realizarse exámenes de detección oportuna.
Antecedentes de disfunción tiroidea o la presencia de bocio en la persona o en un familiar de primer grado, infertilidad o condiciones autoinmunes como diabetes tipo 1, enfermedad de Addison, enfermedad celíaca o artritis reumatoide están entre estos factores.
2. Síntomas inespecíficos se diagnostican con una sencilla prueba: a menudo, síntomas como fatiga, depresión, falta de concentración o fallas en la memoria, aumento de peso reciente e inexplicado, estreñimiento, piel seca, intolerancia al frío y letargo, al igual que cambios en la fluidez verbal y disminución en la capacidad de planeación y ejecución, calambres musculares y párpados hinchados son ignorados en medio de los afanes la vida cotidiana. Ante la no mejoría es esencial hacerse la prueba, en lugar de esperar a que persistan varios de estos.
3. El riesgo de otras complicaciones de salud: las posibles consecuencias de los trastornos de la tiroides incluyen más que la caída del cabello y las fluctuaciones de peso. Si no se tratan, pueden provocar desde niveles elevados de colesterol y depresión hasta ciclos menstruales irregulares y un mayor riesgo de infertilidad o síndrome de ovario poliquístico (SOP). Además, pueden amplificar o empeorar los síntomas de la menopausia y, en los casos más graves, derivar en complicaciones cardiovasculares.
4. Salvaguardar la salud materno-infantil: durante el embarazo, el hipotiroidismo se asocia con un mayor riesgo de anemia, aborto espontáneo, sangrado posparto, preeclampsia y desprendimiento de placenta. No manejado también puede aumentar el riesgo de parto prematuro y bajo peso al nacer. “Dado que los trastornos de la tiroides son más comunes entre las mujeres y los síntomas pueden descartarse, se necesita apoyo y orientación profesional para avanzar hacia las pruebas, el diagnóstico y el tratamiento”, señaló el Dr. Álvaro Rojas, especialista en Ginecología y Obstetricia y director médico de Abbott.
El Dr. Builes agregó: “Evitemos responsabilizar a la tiroides de todos los síntomas que tiene nuestro cuerpo. Lograr un tratamiento adecuado de esta condición es fundamental para volver a florecer y mejorar la calidad de vida”.
Por lo general, los trastornos de la tiroides se diagnostican a través de un análisis de sangre que mide los niveles de TSH (hormona estimulante de la tiroides). Este examen evalúa su función.
Además, valora si los tratamientos que se están realizando están surtiendo efecto. En las pruebas de hipotiroidismo, el valor de referencia puede variar según la metodología utilizada y el rango de edad, por lo que es importante discutirlo con el médico tratante.