Aunque por lo general las quemaduras son causadas por el calor del fuego o del vapor, son muchas las circunstancias que pueden llevarte a sufrir esta lesión.
La sobreexposición al sol o a otra radiación, el contacto con productos químicos, la electricidad e incluso el frío pueden causar quemaduras, de superficiales a graves, y lo que hagas en los primeros instantes después del incidente es clave para tu recuperación. Lea: ¡Tragedia! Muere una niña de 3 años que le cayó olla con agua caliente
Así lo explica Francisco Miguel Camacho, médico dermatólogo, en conversación con El Universal. Precisa que las quemaduras, causadas por frío o calor, se clasifican según su profundidad. “Las de primer grado, que son las más superficiales, simplemente producen dilatación de los vasos sanguíneos, producto del cambio de la temperatura. Las de segundo grado lesionan tanto la epidermis, que es la capa exterior de la piel; como la dermis, que es la segunda capa; y es posible que se formen ampollas. Las de tercer grado alcanzan a penetrar por debajo de la dermis, inclusive hasta el músculo o hasta la grasa”.
Ejemplifica cada grado, así: “Las de primer grado, básicamente son causadas por la luz del sol y cualquier cosa que sea irritante. Por ejemplo, una persona que tiene las piernas pegadas y camina mucho se puede quemar los muslos, y una persona que se cae al piso y se raspa tiene una quemadura por fricción.
“Pero además, las personas se pueden quemar cuando hace mucho frío, por ejemplo, cuando se quedan con un hielo seco en la mano, que está a 80 grados bajo cero”.
El jefe de la sección de Dermatología de la Universidad de Cartagena indica que “las quemaduras de segundo grado se pueden generar por caída de agua caliente, un fogonazo o un buscapié; mientras que las de tercer grado las producen, por ejemplo, las descargas eléctricas o la caída de una cantidad muy alta de material incandescente sobre la piel, como gasolina o ACPM prendido”. Lea: Estudiante ingresa a UCI tras accidente en Centro de Innovación de Ecopetrol
¿Qué hacer?
“Lo primero que hay que hacer ante una quemadura es cambiar la temperatura a la contraria. Cuando es por calor hay que echar agua fría o hielo y cuando es por frío hay que ponerle agua tibia”, asegura el reconocido especialista. Lea: ¡Insólito! Niños resultaron quemados cuando les impusieron las cenizas
Según la gravedad de las lesiones, detalló recomendaciones. “En las de primer grado el cambio de temperatura es lo ideal, y después se pueden aplicar sustancias que alivien la molestia, por ejemplo, la calamina fenolada quita la sensación de prurito, de rascado y de ardor. Se pueden utilizar cremas con óxido de zinc que quitan esa sensación y la persona debe protegerse del sol”, manifiesta Camacho. En este punto se debe buscar atención médica si la quemadura es extensa.
Pero si sufres una quemadura de segundo grado debes dirigirte de inmediato a urgencias.
Advierte que “en las quemaduras de tercer grado, el paciente debe ser llevado inmediatamente al médico. El tratamiento que se requiere es el desbridamiento, es decir, retirar la piel dañada porque ya no va a recuperarse, ese tejido está necrosado, muerto”.
Camacho agrega que en este tipo de quemaduras, “el tratamiento debe ser sistémico, es decir, aplicado por la vena”.
Esto es lo que no debes hacer ante una quemadura:
- Exponerte al sol.
- Aplicar ácidos, exfoliaciones o peeling en la piel.
- Retirar la piel dañada.
- Romper y retirar las ampollas. “La mayoría de las veces es mejor dejar las ampollas, sobre todo cuando no son muy extensas, porque eso ayuda a que cuando la ampolla finalmente se rompa debajo haya piel recuperada, mientras que si las retiramos vamos a encontrar una superficie con tejidos por debajo de la piel que se exponen a la sobreinfección”, advirtió el médico.
- Aplicar ralladuras de papa, yuca o similares.
- Aplicar pasta dental. “Tiende a infectarse. Es mejor agua fría y crema de sulfadiazina de plata”, agregó Camacho.