A la incapacidad de un hombre de conseguir o mantener la erección del pene, lo suficientemente firme para tener relaciones sexuales, se le conoce como disfunción eréctil (DE). Lea: Así es la disfunción eréctil, el problema sexual del actor porno Nacho Vidal
Esta se diagnostica cuando es recurrente durante seis meses o cuando el problema de erección acontece una vez cada cuatro encuentros sexuales.
“Pero no debemos preocuparnos demasiado por un gatillazo inoportuno”, destaca el Dr. Carlos Macaya Miguel, catedrático emérito en la Facultad de Medicina de la Universidad Complutense y experto mundial en cardiología intervencionista.
Según diversos estudios epidemiológicos, la disfunción eréctil afecta a casi el 50 % de los hombres entre 40 y 70 años, y alrededor de un 40 % ó 50 % de todos los varones mayores de 50 años sufrirá problemas de erección en algún grado.
La buena noticia es que Viagra, Cialis y Levitra son fármacos que se encaran a la disfunción eréctil, para impedir el arriado de la bandera masculina. Lea: ¿Adiós al viagra? Desarrollan prometedor tratamiento contra la disfunción eréctil
En este sentido, se han desarrollado una serie de moléculas con alta actividad terapéutica que mejoran y potencian la erección.
Viagra se presenta en comprimidos de 25, 50 y 100 miligramos; Cialis con 2,5, 5, 10 y 20 mg; al igual que Levitra (el compuesto de 10 mg se disuelve en la boca). En todos los casos es necesaria la estimulación sexual.
“Todos estos fármacos contra la impotencia ya han pasado a la categoría de medicamentos genéricos; es decir, están a disposición de los pacientes en su farmacia de confianza, más económicos y con los mismos principios activos”, apunta.
“Pero cabe recordar que estos medicamentos sólo se pueden tomar bajo prescripción facultativa, ya que tienen capacidad vasodilatora en el sistema arterial y pueden interaccionar con otros tratamientos farmacológicos”, subraya.
Además, Viagra, Cialis, Levitra, o sus respectivos genéricos, podrían provocar algún efecto deletéreo (dañino, peligroso o perjudicial) en el individuo, dadas sus patologías diagnosticadas, ocultas o por la simple repercusión en el sistema cardiovascular.
“Si nos atenemos a las enfermedades cardiovasculares, diría que hasta un 95% de los pacientes podrán obtener su receta de medicamentos contra la disfunción eréctil, si fuera su deseo o su necesidad”, asegura el Dr. Macaya.
Los pacientes con patologías cardiovasculares recientes no podrán tomar pastillas contra la disfunción eréctil; al contrario que los casos de hombres rehabilitados tras un infarto, bypass, estent coronario, angina de pecho, etc., y dados de alta por su médico.
“El cardiólogo, por regla general, valorará qué tipo de enfermedad cardiovascular sufre el paciente, entre otras, y, sobre todo el grado de afectación, la severidad, y qué tratamientos concomitantes tiene prescritos”, expone.
El especialista determinará no solo la dosis farmacológica, sino cómo y cuándo tomar la medicina en función de la actividad sexual deseada.
En la inmensa mayoría de los casos, la causa principal se localiza en factores orgánicos relacionados con una insuficiente circulación de la sangre en los cuerpos cavernosos del pene. Se altera el endotelio vascular y disminuye el torrente sanguíneo.
La disfunción eréctil suele aparecer por hipertensión, diabetes, exceso de colesterol LDL en el sistema arterial, alcohol, tabaco, drogas, algunos fármacos y, también, por la depresión.
Los factores psicológicos representan, aproximadamente, un 10% de los casos. El estrés por miedo al fracaso desencadena la influencia negativa en la erección.