Hoy 2 de abril se conmemora el Día Mundial de Concienciación sobre el Autismo. Y aunque Naciones Unidas destaca que “en los últimos años, se ha avanzado considerablemente en la concienciación y la aceptación del autismo”, debido a que numerosos e increíbles defensores de las personas con autismo han trabajado incansablemente para dar a conocer al resto del mundo las experiencias vividas por quienes han sido diagnosticados con el trastorno del espectro autista (TEA), aún persiste la desinformación.
De hecho, es posible que usted desconozca que el término “espectro” se refiere a un amplio abanico de síntomas y gravedad. Al respecto, la Clínica Mayo explica: “El trastorno del espectro autista comprende afecciones que anteriormente se consideraban independientes, como el autismo, el síndrome de Asperger, el trastorno desintegrativo infantil y una forma no especificada de trastorno generalizado del desarrollo. Algunas personas aún utilizan el término “síndrome de Asperger”, que generalmente se considera que está en el período final leve del trastorno del espectro autista”. Lea: Le dijeron que por su autismo no avanzaría, ¡ahora es emprendedor!
Precisa que el TEA “es una afección relacionada con el desarrollo del cerebro, que afecta la manera en la que una persona percibe y socializa con otras personas, lo que causa problemas en la interacción social y la comunicación”. Lea: Recomendaciones para viajar en avión con niños con autismo
Desde el primer año de vida, la mayoría de los niños con autismo hacen visibles los síntomas. Solo unos pocos parecen desarrollarse de forma normal y luego pasan por un período de regresión entre los 18 y los 24 meses, cuando finalmente comienzan a dar señales.
La Clínica Mayo resalta que si bien no existe una cura para los trastornos del espectro autista, un tratamiento intensivo y temprano puede hacer una gran diferencia en la vida de muchas personas. De ahí la importancia a estar atentos para detectar el TEA.
La Liga Colombiana de Autismo (Lica), que nació en el año 2009 a raíz de la experiencia de vida de la familia Castellanos Roncancio con el diagnóstico de autismo de uno de sus hijos, precisa cuáles son los signos de alerta durante los tres primeros años de vida. A continuación algunos de ellos.
Lenguaje y comunicación
- Ausencia de habla, o un uso limitado de palabras y/o frases cortas.
- Repetición de las palabras y frases que escucha.
- En momentos de necesidad, puede comunicarse tomando de la mano y llevando al adulto hacia el objeto que desea, en ocasiones sin establecer contacto visual.
- Si existe el habla, puede percibirse una entonación o un timbre de voz particular.
- Limitado uso de gestos para comunicarse.
Interacción social
- Uso limitado del contacto visual.
- Sonrisa social disminuida o ausente.
- Poco uso de expresiones faciales para comunicarse.
- Limitación o ausencia de respuesta ante el llamado por su nombre.
- Parece no seguir la orientación de la mirada del adulto o su señalamiento para ubicar un objeto.
Comportamiento
- Movimientos repetitivos de sus manos, dedos u otros manierismos (aleteo, posturas particulares de los dedos, sacudidas de todo el cuerpo).
- Presencia de conductas de autolesión (golpearse la cabeza, abofetearse, morderse o tirarse del pelo).
- Intereses muy marcados, repetitivos o inflexibles.
- Dificultad con los cambios y las transiciones entre actividades.
Si ante los signos de alerta descrito usted sospecha que su hijo tiene autismo, es necesario que la familia acuda a cita de crecimiento y desarrollo.
El diagnóstico de los TEA puede ser difícil, debido a que no existe una prueba médica, como un análisis de sangre, sino que profesionales capacitados observan e interactúan con el niño para evaluar su conducta y desarrollo.
Y aunque a veces, pueden detectarse a los 18 meses de edad o antes, los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de EE. UU. sostienen que es hacia los dos años que el diagnóstico de un profesional con experiencia se puede considerar confiable.
“Sin embargo, muchos niños no reciben un diagnóstico definitivo hasta que tienen más edad y algunas personas no reciben un diagnóstico hasta que son adolescentes o adultas. Este retraso significa que hay personas con TEA que podrían no recibir la ayuda temprana que necesitan”.
Y es que, confirmado el diagnóstico, la persona ingresa a una intervención con profesionales, quienes serán facilitadores y generaradores de estrategias que ayuden en su proceso a lo largo de la vida, conociendo sus fortalezas y debilidades, y a partir de las mismas planteándole objetivos claros, a corto, mediano y largo plazo.