¿Sabías que los estudios sobre la relación entre el alcohol y los siniestros viales se remontan a la década de 1960? Sí, desde hace unos 62 años la ciencia nos vive demostrando que cuanto más alta es la concentración de alcohol en nuestra sangre, mayor es el riesgo de sufrir accidentes mortales si nos atrevemos a conducir... pero todavía no aprendemos.
Hay quienes incluso se atreven a decir que conducen “mejor” con unos traguitos encima: se trata de una falacia que la misma ciencia desmiente, ¡ni el más terco debería pelear con la química! Lee aquí: Las consecuencias que trae el consumo excesivo de licor
La Administración Nacional de Seguridad del Tráfico en las Carreteras de Estados Unidos (NHTSA, por sus siglas en inglés) explica:
“A medida que los niveles de alcohol en el sistema de una persona aumentan, también aumentan los efectos negativos sobre el sistema nervioso central. El alcohol se absorbe directamente a través de las paredes del estómago y el intestino delgado, luego pasa al torrente sanguíneo, donde se acumula hasta que el hígado lo metaboliza”.
Veamos la relación entre la concentración de alcohol en la sangre en gramos por decilitro (g/dl) y sus efectos en nuestro organismo, según la Organización Panamericana de la Salud (OPS).
Con .02 g/dl de alcohol en la sangre. Hay un poco de pérdida de juicio; relajación, ligero calor corporal, estado de ánimo alterado. Al manejar... Disminución de las funciones visuales (te cuesta el seguimiento rápido de un blanco en movimiento), disminución de la capacidad para realizar dos tareas al mismo tiempo (atención dividida). Lee además: Estas son las terribles consecuencias del licor en la salud de los niños
Con .05 g/dl de alcohol en la sangre. Comportamiento exagerado, puedes tener pérdida de control de los músculos pequeños (por ejemplo, enfocando los ojos), juicio alterado, generalmente sientes una buena sensación, alerta disminuida, pérdida de inhibición. Al manejar... Coordinación reducida, capacidad reducida para seguir objetos en movimiento, dificultad al manejar, respuesta reducida a situaciones de emergencia en la conducción.
Con .08 g/dl de alcohol en la sangre. La coordinación muscular se vuelve pobre (por ejemplo; equilibrio, habla, visión, tiempo de reacción y oído), detectar el peligro es más difícil. El juicio, el autocontrol, el razonamiento y la memoria están deteriorados. Al manejar... Pérdida de la concentración y de la memoria a corto plazo, problemas con el control de la velocidad, capacidad reducida de procesamiento de información (por ejemplo, detección de señales, búsqueda visual), percepción alterada.
Con .15 g/dl de alcohol en la sangre. Mucho menos control muscular de lo normal, vómitos, pérdida significativa de equilibrio. Al manejar... Deterioro sustancial en el control del vehículo y de la atención a la tarea de manejar. Procesamiento necesario de la información visual y auditiva afectado. También te recomendamos leer: Conoce la sustancia que hace letal al licor adulterado: el metanol