comscore
Salud

4 consejos para prevenir el dolor en recién nacidos

Especialistas le explican como mantener al bebé protegido frente a estímulos que le puedan ocasionar molestias.

4 consejos para prevenir el dolor en recién nacidos

La valoración del dolor en el recién nacido se basa en la observación y registro de las alteraciones fisiológicas y conductuales derivadas de su comportamiento. // Foto: 123RF

Compartir

“Y la prevención se articula como la herramienta fundamental para lograr este objetivo”, subraya el también presidente de la Sociedad Española de Neonatología (seNeo).

“En este sentido, debemos procurar la lactancia natural y eficaz de la leche materna o donada, favorecer el contacto piel con piel madre-bebé o padre-bebé durante el mayor tiempo posible, evitar la luz intensa en su entorno, además de ruidos, frío o calor excesivos y cualquier tipo de manipulación corporal innecesaria”, resume.

“También, facilitar la succión no nutritiva -chupete-, la administración de sacarosa, bajo control médico, y diferentes técnicas de distracción, como la música, las caricias o los olores suaves y agradables”, añade. Lea aquí: Beneficios del contacto físico y las caricias en el bebé

Objetivo neonatológico: evitar el dolor agudo en el recién nacido

“Con los datos actuales sabemos con absoluta certeza que el bebé recién nacido es capaz de sentir y padecer dolor; incluso, los fetos intraútero a partir de la semana 20 ó 22 de gestación. Los estímulos dolorosos se asocian con marcadores fisiológicos, hormonales y metabólicos en la semana 24”, destaca.

“Por tanto, el dolor es importante reconocerlo, medirlo y tratarlo, pero mucho más prevenirlo”, expone.

“Hace tan solo treinta años -recuerda- los recién nacidos podían ser sometidos a procedimientos quirúrgicos sin prácticamente analgesia o anestesia. Hoy en día, el tratamiento del dolor se considera paradigma de la buena práctica clínica”. Lea: El parto vaginal y la lactancia materna reducen el riesgo de enfermedades en niños

En el artículo titulado “Sedoanalgesia en las unidades neonatales”, publicado en “Anales de Pediatría” a finales de 2020, se asegura que “las exposiciones dolorosas repetidas a las que se someten muchos recién nacidos de manera rutinaria han demostrado presentar efectos deletéreos a corto y largo plazo”.

Con los datos actuales sabemos con absoluta certeza que el bebé recién nacido es capaz de sentir y padecer dolor; incluso, los fetos intraútero a partir de la semana 20 ó 22 de gestación”,

Manuel Sánchez Luna, presidente de la Sociedad Española de Neonatología (seNeo).

“Más aún en los bebés prematuros; pacientes de alto riesgo y especialmente vulnerables, recalca el Dr. Sánchez Luna.

Además, “el dolor sigue siendo evaluado en muchas ocasiones de manera inconsistente, sin protocolización; siendo patente, entre las diferentes unidades de cuidados intensivos neonatales, una variabilidad importante en cuanto a las pautas para el abordaje y tratamiento del mismo”, se afirma en el documento.

“En el entorno hospitalario habitual un recién nacido recibe algún tipo de estímulo doloroso desde los primeros momentos de vida, como la administración intramuscular de la vitamina K o la punción del talón para las pruebas de cribado endocrinometabólico”.

“Los neonatos que requieren cuidados intensivos pueden llegar a experimentar del orden de diez a quince procedimientos dolorosos al día”, Subscribe el Dr. Manuel Sánchez Luna

De ahí que la neonatología de vanguardia disponga de herramientas para identificar el dolor, con escalas que no solo miden su intensidad, sino la respuesta a la analgesia o la anestesia.

Es relevante destacar que la escasa expresión verbal de los bebés hace más obligatorio si cabe el desarrollo de procedimientos alternativos para el adecuado reconocimiento y evaluación del dolor.

“Debemos examinar de manera sistemática al recién nacido para buscar signos de dolor, las causas y su identificación, que es preciso contrastar en escalas predeterminadas”, apunta el Dr. Sánchez Luna.

Las escalas para la valoración del dolor en el recién nacido se basan en la observación y registro de las alteraciones fisiológicas y conductuales derivadas de su comportamiento. Este análisis exige un alto nivel de entrenamiento y experiencia por parte de los especialistas.

“Una de las mayores limitaciones que tenemos en la especialidad neonatológica es el arsenal farmacológico, que es escaso y que no está ampliamente estudiado en cuanto a efectividad y seguridad en nuestros pacientes”, explica el presidente de seNeo.

La escasa expresión verbal de los bebés hace más obligatorio si cabe el desarrollo de procedimientos alternativos para el adecuado reconocimiento y evaluación del dolor.

“Y muchas veces, estos tratamientos se derivan de otras edades posteriores; fármacos y dosificaciones no bien analizadas en los recién nacidos”, detalla.

La eficacia, seguridad y la dosificación de los fármacos disponibles para su uso en neonatos siempre está en constante evaluación. Se promueve, a la vez, un uso en combinación con las medidas no farmacológicas: el objetivo de emplear la mínima dosis y minimizar sus efectos secundarios. Le puede interesar: Sepsis: infección que mata a un millón de recién nacidos al año

En resumen, las medidas generales contra el dolor en el bebé recién nacido serían:

1. Limitar los estímulos dolorosos, fomentando la presencia y colaboración de los padres.

2. Prevenir el dolor agudo proporcionando analgesia de manera anticipada, incluyendo medidas no farmacológicas y farmacológicas.

3. Los fármacos se administrarán de una manera escalonada, en función del grado de dolor.

4. Aplicar guías estandarizadas de abordaje y manejo del dolor.

“Con todo, es imprescindible centrar el manejo del dolor en la prevención, la anticipación, medir y conocer la respuesta a los tratamientos aplicados a los bebés recién nacidos. Todo por ellos y para ellos”, concluye el Dr. Manuel Sánchez Luna.

Únete a nuestro canal de WhatsApp
Reciba noticias de EU en Google News