Amada Rosa Pérez, exactriz y exmodelo de la televisión colombiana. // Foto: Instagram. Hace más de una década, la exmodelo y exactriz sucreña, Amada Rosa Pérez, tomó una decisión radical que le cambiaría la vida por completo: alejarse de las pasarelas y de la televisión para entregarle su vida a Dios y a la Santísima Virgen María, luego de, según dijo en repetidas entrevistas, padecer la depresión y los sentimientos de culpa como consecuencia del aborto cuando estaba en la cúspide de su carrera. Lea aquí: El cambio llegó del cielo.Hoy, la también recordada protagonista de la telenovela ‘La costeña y el cachaco’, de RCN, retoma su experiencia espiritual y extiende a viva voz las consecuencias que le dejaron las cirugías plásticas al tener una vida llena de “vanidades”, pues en los últimos meses ha sido intervenida quirúrgicamente por extracción de biopolímeros en su cola. Lea también: Biopolímeros, un enemigo incompatible. 19 años de edad tenía Amada Rosa cuando se hizo implantes mamarios. “Hace años supe que tenía Bio-alcamid, no porque la persona que lo hizo no me dijera, sino porque uno es cerrado con la vanidad y uno solo piensa en que supuestamente se va a ver divina. De pronto sí me dijeron que me iban a inyectar eso, pero ni siquiera escuché, porque a mí ella me dijo que no lo necesitaba, que tenía un cuerpo divino”, inició diciendo la mujer de 44 años en el programa La Red.Pero su lucha también es contra los implantes mamarios, procedimiento que desde su experiencia, le generó el denominado Síndrome de Asia. Y con el mismo temor de seguir sufriendo los mismos síntomas, decidió retirarse los implantes que se hizo a los 19 años. Ver esta publicación en Instagram Una publicación compartida de Amada Rosa Perez Perez (@amadarosaperezperez) “Sigo #conjesúsymaría en este proceso de mucha #paciencia por el #síndromedeasia causado por #biopolímeros e #implantesmamarios”, apuntó la costeña en una pasada publicación donde se le ve canalizada en un hospital.Esa lucha que expone la recordada actriz se ve reflejada en su cuenta de Instagram, donde relata su testimonio y el de otras mujeres que también se sometieron a este procedimiento y les generó los síntomas del síndrome de Asia: “insomnio, mareo, dolor articular, pérdida de memoria, dolor en el pecho, fatiga, migraña, visión borrosa”, se lee en una de sus publicaciones donde comparte el testimonio de otra paciente.En aquella entrevista también explicó el drama y los graves problemas de su salud que le han causado estas sustancias no aptas para el cuerpo humano. Ver esta publicación en Instagram Una publicación compartida de Amada Rosa Perez Perez (@amadarosaperezperez) “Duré casi seis meses sin poderme sentar bien porque como abren todos los tejidos. Yo me hice la cirugía que es en forma de mariposa, no la cerrada, sino la que te abren la cola como un libro ¡Me mutilaron impresionante! Y todavía esta hinchado”, explicó Amada Rosa, y agregó que más adelante deberán hacerle otra cirugía para retirar el exceso de estas sustancias.Entre los dolores y malestares que incrementaron la salud de Amada, como consecuencia de sus cirugías plásticas, destacó: “dolores en las extremidades, calambres en las piernas, una tortícolis espasmódica terrible, se me torcían las manos, tenía insomnio y fatiga, hasta que llegó el momento en que quedé prácticamente inválida”. Tenemos que aceptarnos como somos y como Dios nos hizo” Amada Rosa Pérez. Pero su drama no termina aquí, también confesó que un cirujano le hizo una modificación en su mentón sin su consentimiento, por lo que deberá someterse a otra operación para retirar esa implantación y evitar que se le descalcifiquen los huesos de la mandíbula en un futuro.“Tenemos que aceptarnos como somos y como Dios nos hizo: altos, bajitos, gordos o flacos, porque toda esta vanidad lo único que hace es desfigurarnos por completo”, puntualizó en aquella grabación. El uso de biopolímeros está restringido en Colombia, pues su uso estético compromete el estado clínico, la salud y la seguridad de los pacientes, por lo tanto no puede ser usado ni comercializado ya que es considerado un producto fraudulento. Están prohibidos por la FDA y por las autoridades sanitarias en Europa. La doctora cartagenera, Omaira Espitaleta, explicó que “el biopolímero dura para toda la vida y deja unas secuelas impresionantes”.La experta también añadió que el biopolímero “es una silicona industrializada que, al inyectarse dentro de los tejidos blandos, produce una cantidad de siliconomas (pequeños tumores o bolitas que se producen al no ser compatibles con el cuerpo humano).