Los niños no suelen tener cuidado con las superficies a la hora de jugar con sus amigos, se llevan las manos a la boca después de haber jugado con objetos que, seguramente, no estaban desinfectados, por lo que pueden llegar a tener contacto con parásitos y estos pueden desencadenar infecciones o enfermedades estomacales.
Los parásitos intestinales ponen en peligro el crecimiento y el desarrollo infantil. Estos organismos causan desnutrición, anemia y otras enfermedades que provocan bajo rendimiento y ausentismo escolar. (Lea aquí: Aleje a los parásitos intestinales)
La Organización Mundial de la Salud (OMS), calculó que habían 3500 millones de personas infectadas por parásitos intestinales y de estos, aproximadamente 450 millones padecían enfermedad parasitaria y que la población con mayor porcentaje de infectados era la población infantil.
Aunque los parásitos no suelen generar mayor afectación, pueden indisponer al menor, a causa de los molestos síntomas que, para la tranquilidad de los padres, son fáciles de identificar:
Los infectados presentan dolores estomacales, diarrea, vómitos, fiebre y dolor de cabeza. En casos donde la infección es fuerte, el menor puede llegar a perder peso, infección en la cavidad peritoneal (abdomen) o infecciones urinarias, ya que estos organismos pueden propagarse fácilmente en el cuerpo, incluyendo la zona V de las niñas.
Su fácil propagación se debe a que algunos de estos parásitos pueden sobrevivir hasta 3 semanas en las superficies, incluyendo ropa de cama, pijamas, baños, puertas, uñas, entre otros.
Las enfermedades ocasionadas por estos microbios pueden ser causadas por diferentes factores. El artículo sobre parásitos publicado por la clínica Mayo afirma que “el tragar o inspirar por accidente huevos de parásitos intestinales causa una infección por parásitos intestinales”. Además, explica que una vez que se traga, los huevos se posan en los intestinos y se convierten en adultos al cabo de unas semanas. (Le puede interesar: Lo que debe saber sobre la bacteria Helicobacter Pylori)
Estos parásitos se propagan rápidamente y hay condiciones que pueden facilitar su transmisión, es por esto que le traemos algunas recomendaciones para evitar que su hijo y el resto de su familia se vean afectados por estas bacterias, basándonos en las sugerencias del artículo de la Clínica Mayo.
1. Lávate en la mañana. Lavarse la zona perineal en la mañana puede ayudar a reducir la cantidad de estos parásitos en el organismo, debido a que ellos se suelen reproducir en la noche en esa parte del cuerpo
2. Hierve el agua. Esto ayuda a eliminar los parásitos que puedan estar contaminando el agua.
3. Lava la ropa en agua caliente. Lava la ropa y otras cubiertas de tela en agua caliente para ayudar a matar los microbios.
4. No te rasques. Evita rascarte la zona perineal. Córtale las uñas a tu hijo para que haya menos espacio para la acumulación de bacterias y sugiérele que no se muerda las uñas.
5. Lávate las manos. Disminuye el riesgo de contraer o propagar la infección, lávate bien las manos después de ir al baño o de cambiar pañales, y antes de comer.