Los últimos datos publicados en la 9.ª edición del Atlas de la Diabetes de la Federación Internacional de Diabetes (FID) indican que 463 millones de adultos viven con esta en la actualidad. Si no se toman las medidas necesarias para atajar esta pandemia, 578 millones de personas la tendrán diabetes para el año 2030 y unos 700 millones para el año 2045, toda una pandemia global.
Precisamente uno de los grandes problemas es el amplio desconocimiento de esta condición, que, aunque muchos escuchan en su día a día, pocos realmente la conocen a fondo. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), “la diabetes (conocida también como diabetes mellitus) es una enfermedad crónica que aparece cuando el páncreas no secreta suficiente insulina o cuando el organismo no utiliza eficazmente la insulina que produce”. La insulina es la hormona que regula la concentración de glucosa en la sangre y se encarga de llevar el azúcar (que proviene de los alimentos) de la sangre hasta las células del cuerpo, donde, en forma de glucosa, se utiliza como energía.
El efecto de la diabetes no controlada a tiempo es la hiperglucemia (es decir, el azúcar en la sangre elevada), que, con el tiempo, daña gravemente muchos órganos y sistemas del cuerpo e incrementa el riesgo de complicaciones microvasculares y macrovasculares. (Le puede interesar: ¿Quiere asistir gratis a un conversatorio sobre prediabetes?)
Existen varios tipos de la enfermedad que tienen causas y complicaciones muy diferentes. Según los criterios de la Guía de Diabetes Tipo 2 para Clínicos y The Hormone Foundation, los más comunes son:
Diabetes tipo 1
Esta es causada generalmente por la destrucción autoinmune de las células B, que a su vez suele ocasionar una deficiencia absoluta de insulina. Según la FID, la diabetes tipo 1 está causada por una reacción autoinmunitaria en la que el sistema inmunitario del organismo ataca a las células beta del páncreas que producen insulina. Como consecuencia, el cuerpo no produce insulina o la cantidad que produce no es suficiente. Aunque no se entienden totalmente las causas de este proceso destructivo, una explicación probable es que la reacción autoinmunitaria se origine a raíz de la combinación de una sensibilidad genética (que se atribuye a una gran cantidad de genes) y un desencadenante ambiental, como una infección vírica.
Y entonces, ¿cómo identificarla? Este primer tipo demuestra manifestaciones que generalmente se confunden con otras enfermedades, pero que, si son repetitivas, deberían conllevar una sospecha y una conversación con su médico:
- Sed excesiva
- Aumento de orina
- Hambre constante
- Pérdida de peso repentina
- Visión borrosa
- Falta de energía, fatiga
Diabetes tipo 2
Según la FID, la hiperglucemia en la diabetes tipo 2 es el resultado de la incapacidad de las células del cuerpo de responder totalmente a la insulina, lo que se conoce como “resistencia a la insulina”.
Durante el estado de resistencia a la insulina, la hormona no es eficaz, lo que deriva en un aumento de la producción de insulina. Con el tiempo, se puede llegar a una producción de insulina inadecuada porque las células beta pancreáticas no cumplen con la demanda.
La FID también señala que la urbanización acelerada y los estilos de vida cambiantes (por ejemplo, un mayor consumo de alimentos procesados altos en calorías, así como el sedentarismo) son algunos de los factores que contribuyen el desarrollo de este tipo de diabetes y a su crecimiento desbordado en las sociedades modernas. Lo más contradictorio de todo, es que esta enfermedad se puede prevenir con hábitos de alimentación saludables, ejercicio, según diversos estudios que hablan de la alta posibilidad de prevenir o retrasar la aparición de la diabetes tipo 2 a través de modificaciones en el estilo de vida o de la intervención terapéutica, en los casos que así lo ameriten.
Las personas con este tipo de diabetes suelen tener mayores riesgos de salud a largo plazo, si no se controlan los niveles de glucosa en sangre, pues corren el riesgo de elevarse en cualquier momento. Entre las principales complicaciones encontramos: ceguera, enfermedad y falla (insuficiencia) renal; daños neurológicos que pueden llevar a amputación de dedos o piernas, así como ataques cardiovasculares y/o derrames.
Diabetes mellitus gestacional
Este tercer tipo se caracteriza por altos nivel de glucosa en sangre durante el embarazo, generalmente durante el segundo o tercer trimestre, pero que suele desaparecer después de este. Según The Hormone Foundation, la placenta produce hormonas que contribuyen al desarrollo del bebé. Estas hormonas también bloquean los efectos de la insulina en el cuerpo de la madre, lo cual aumenta el nivel de glucosa en la sangre. Entre los factores de riesgo encontramos:
La edad (mujeres de más 25 años; el riesgo se incrementa a partir de los 35 años)
La raza (ocurre con más frecuencia en mujeres afro-americanas, hispanas, indo-americanas y asiático-americanas).
Antecedentes de sobrepeso y obesidad.
Un historial médico personal de diabetes gestacional, prediabetes o haber dado a luz un bebé de más de 4 kilos (9 libras)
Antecedentes familiares de diabetes de tipo 2 (en padres y hermanos).
Este tipo de diabetes puede afectar a la madre y al bebé: por un lado, se aumenta la probabilidad de un nacimiento prematuro y preeclampsia o alta presión sanguínea inducida en el embarazo. Así mismo, un alto nivel de glucosa puede hacer que el bebé crezca demasiado y cuando esto pasa, pueden atascarse en la vagina sufrir lesiones durante el parto.
¿Cómo mejorar el panorama de la diabetes en Colombia?
Como en la mayoría de las enfermedades crónicas, mejorar el acceso, aumentar las campañas de prevención y garantizar un manejo integral son aspectos necesarios para hacerle frente a esta condición y un propósito de los diversos actores del sistema de salud. ¿Te gustaría recibir en tu celular las noticias más importantes del día? Da clic aquí y escríbenos a Whatsapp.