La visión es un sentido de relación por el que percibimos nuestro entorno y respondemos ante el mismo, es aquella que utilizamos en nuestra vida diaria para reconocer un rostro, acercarnos a otras personas, ver lo que tenemos frente a nosotros o para bajar y subir escaleras, así como tener diferentes grados de iluminación. Mantener una buena agudeza visual es sinónimo de calidad de vida”, explica Alejandra Castiblanco Suárez, coordinadora de Prácticas del programa de Optometría de la Fundación Universitaria del Área Andina.
“El ojo es el órgano que detecta la luz, es la base del sentido de la vista y sus partes son esenciales para la existencia humana porque gracias a ellas captamos, percibimos y encontramos lo que se llama las imágenes percibidas por el sistema”, sostiene la académica Castiblanco.
Sin embargo, los problemas de visión se agravan con la edad y la función del ojo llega a sufrir cambios y complicaciones con el tiempo, dado que a lo largo de la vida estamos expuestos a ciertos escenarios que pueden deteriorar nuestra vista como: pasar mucho tiempo frente a un computador u otros dispositivos tecnológicos, estar expuestos a actividades bajo el sol sin protección UV e incluso, realizar actividades que requieren mayor esfuerzo visual.
Las alteraciones visuales pueden ser fuente de inmovilidad, caídas o falta de higiene, lo que generaría afecciones oculares como miopía, hipermetropía, astigmatismo y presbicia; problemas de visión comunes que harán que la persona pueda caer en depresión, produciendo así una disminución en su calidad de vida.
“La visión borrosa es el síntoma más común de los errores de refracción, entendiendo que la refracción ocurre cuando la luz cambia su dirección al pasar a través de un objeto hacia otro. La visión ocurre cuando los rayos de luz se desvían al pasar a través de la córnea y el cristalino, la luz es enfocada luego sobre la retina y esta transforma la luz en impulsos eléctricos que se envían al cerebro a través del nervio óptico. El cerebro interpreta estos mensajes, convirtiéndolos en las imágenes que vemos”, asegura.
Con el objetivo de prevenir fatigas oculares debe:
- Parpadear de manera constante: parpadear es la manera natural en la que el ojo se lubrica y por eso normalmente parpadeamos unas 15 veces por minuto. Estudios han demostrado que la exposición prolongada a las pantallas reduce el parpadeo y se reseca el ojo.
- Corrección óptica: usar lentes prescritos permite enfocar adecuadamente a la distancia de trabajo y ayuda a reducir el cansancio ocular.
- Ajustar brillo y contraste de las pantallas: esta no debe brillar más que el entorno, se debe ajustar y nivelar con la luz circundante.
- Aplicar la regla “20-20-20”: cada 20 minutos, cambiar el punto donde se fijan los ojos y mirar hacia un objeto que esté al menos a seis metros de distancia por lo menos 20 segundos. ¿Te gustaría recibir en tu celular las noticias más importantes del día? Da clic aquí y escríbenos a Whatsapp.