Niños que cometen suicidio. Las noticias se repiten y la explicación muchas veces no existe o peor: no la vemos.
Según el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar, durante el periodo 2010-2019, el 17% de los suicidios se presentó en niñas, niños, adolescentes y jóvenes entre los 5 y 19 años, con un promedio de 399 casos anuales. En Cartagena, la línea habilitada de atención y apoyo es la 125, que corresponde al Centro Regulador de Urgencias y Emergencias (CRUE) del Dadis.
Ante un caso de depresión, muchos no saben qué hacer o cómo actuar y en el caso de los niños se pueden pasar por alto las señales.
El especialista en Psicología Clínica, Adolfo Castilla Sánchez, afirma que sí se pueden identificar síntomas relacionados con la depresión desde la niñez, que pueden permanecer en la adolescencia y la adultez, “entre estos encontramos la conducta hostil, negativista e irritable, episodios de llanto y desánimo, bajo rendimiento académico; en ocasiones, aislamiento y pérdida de interés por las actividades que realizaba y disfrutaba, así como cambios en los patrones de la alimentación y peso”. (Le puede interesar: Aumentan cifras de suicidio en Colombia)
Mañana se conmemora el Día Mundial para la Prevención del Suicidio, y el doctor Castilla explica aspectos de vital importancia:
¿Qué hacer ante el riesgo suicida de un familiar o amigo?
- Cuando se trata de una persona cercana que experimenta una crisis suicida creyendo que la vida no tiene sentido o no vale la pena, la atención y el cuidado que se debe prestar es urgente, con inmediatez y en el sitio donde se presente. Lo primero es evitar los mitos y creencias erróneas sobre el suicidio, tales como: “Solo quiere llamar la atención”, “quien amenaza no lo realiza”. Esto nos permite tomar con seriedad la situación.
- Se debe escuchar de manera cuidadosa, asintiendo que se comprende lo que siente: dejar hablar a la persona sin estigmatizaciones o cuestionamientos permite que se sienta comprendida.
- Manifestarle empatía y aceptación; facilitarle un diálogo abierto sobre alternativas de solución a su malestar.
- Indagar por lo menos sobre un factor protector que permita comprender las razones para vivir. (Le puede interesar: Languidez en pandemia, la delgada línea entre depresión y bienestar)
- Evaluar si persiste un riesgo inminente o de mortalidad y enlazar los recursos de ayuda profesional, de atención especializada y hospitalaria. Nunca dejar sola a la persona hasta asegurarse de que reciba la ayuda que necesita.
¿Podemos notar que en los niños hay depresión?
- Su depresión suele estar asociada a causas directas, como experiencias de maltrato y abuso, bullying, conflictos familiares, separaciones traumáticas, fallecimiento de alguno de los padres, abandono, nivel exagerado de exigencia para su edad. La prevención inicia desde un abordaje de apoyo integral, en estos casos es importante monitorear el proceso de desarrollo evolutivo de los niños y niñas desde lo médico y psicológico, poniendo especial importancia a los cambios abruptos que se presenten, además, promover la salud mental desde la seguridad, amor propio, hábitos saludables, fortalecer vínculos afectivos con las figuras representativas familiares y la educación en el funcionamiento de las emociones.
¿Los niños también presentan riesgo suicida?
- Sí, por supuesto, es muy real, en el contexto social que vivimos y a los sometimientos y peligros que experimentan los niños y niñas, así lo confirman los datos epidemiológicos, por lo menos un menor se quita la vida diariamente en Colombia, cabe resaltar que durante la primera infancia los niños y niñas tienen una concepción temporal, provisional y reversible de la muerte, es decir, si por las circunstancias de sufrimiento emocional no quieren vivir, entienden que la muerte no es para siempre.
¿Existen señales de advertencia de riesgo suicida en niños y niñas?
- Sí, hablar sobre suicidio o de la muerte permanentemente, hablar acerca de partir, sentirse culpable y reprocharse constantemente, aislarse de la familia y los amigos, desinteresarse en participar de las actividades favoritas, conductas autodestructivas, experimentar cambios abruptos y significativos en los hábitos de la alimentación y el sueño. Además de algunos síntomas relacionados con baja autoestima, baja tolerancia a las frustraciones, conducta impulsiva y hostil.
Cabe aclarar que estas señales no necesariamente se deben cumplir al pie de la letra o en el mismo orden para comprender que nos encontramos en una situación de riesgo.
Cada caso tiene sus particularidades y no las debemos subestimar. ¿Te gustaría recibir en tu celular las noticias más importantes del día? Da clic aquí y escríbenos a Whatsapp
¿Qué no se debe hacer?
- Ignorar las emociones o restar importancia de lo que siente la persona.
- Culpabilizarla de lo que le está sucediendo.
- Juzgar o regañar.
- Contar tu propia historia (“Yo viví lo mismo o cosas peores”).
- Subestimar las señales de peligro.
- Realizar falsas promesas.