La motricidad gruesa es la habilidad de manejar el cuerpo para hacer movimientos grandes, es decir, que el bebé logre sentarse solo, que gatee, que empiece a ponerse de pie, que suba escaleras, que monte triciclo, y muchas actividades más, en la medida en que va creciendo.
“El realizar estos movimientos no solo beneficia su motricidad, también incide en el desarrollo de habilidades finas como el picado y el rasgado, la escritura y el abotonado de la ropa”, explica la doctora María Elvira Fayad, licenciada en terapia ocupacional.
¿Qué pasa si no desarrollan la motricidad gruesa?
Fayad dice que la motricidad gruesa está ligada a la evolución cognitiva de los bebés, ya que está 100% involucrada en el proceso de neurodesarrollo.
“La visión, la percepción y la estabilidad corporal se adquieren a través de la integración de los dos hemisferios cerebrales, y esto solo se puede lograr con el apoyo de los papás en cada una de las etapas de crecimiento. El gateo y el arrastre son patrones contralaterales -pierna derecha-brazo izquierdo- que son vitales para esa integración interhemisférica. En ocasiones los niños que no gatean tienen problemas de lateralidad”, añade. Para cultivarla, Fayad recomienda:
Dejar al bebé en el suelo:
Déjalo explorar los espacios y que sea libre de pasar debajo de las mesas y las sillas. Si lo llevas al parque, súbelo en diferentes superficies y permítele avanzar a través de túneles y rodaderos, especialmente en la etapa de gateo. Estas actividades le van a ayudar a desarrollar una buena percepción visoespacial, lo que después se va a reflejar en la lectoescritura.
No a las rodilleras
o coderas...
Evita ponerle a tu pequeño elementos externos para protegerlo durante las primeras etapas. Las rodilleras y coderas son fabricadas para los deportes de contacto. Los niños necesitan sentir texturas, es recomendable que ubiques a tu bebé en diferentes superficies como el pasto, la arena, la tierra y el piso (baldosa, madera, mármol).
Déjalo dormir la siesta...
Cuando los bebés no duermen lo suficiente, son más irritables, más susceptibles, y más difíciles. La siesta es un excelente reparador natural que beneficia su organismo. Esta costumbre hará que los niños no se sientan cansados y sean más activos, lo que les dará más energía en el día para moverse y descubrir cosas nuevas.
Explorar alimentos:
El inicio del desplazamiento independiente del bebé está relacionado con el cambio en su dieta y la exploración de nuevos alimentos. La actividad física hace que pierda calorías y energía con mayor rapidez, por lo que es clave darle alimentos ricos en fibra y proteína. En la etapa de alimentación complementaria son clave las carnes, los vegetales, las legumbres, los cereales, los lácteos y los huevos.