Carlos Juan Finlay nació en Puerto Príncipe, Cuba, el 3 de diciembre de 1833. En honor a su modesto descubrimiento, que llevó a determinar cómo se diseminaba en 1968 el cólera a través del agua y posteriormente con sus investigaciones sobre la etiología de la fiebre amarilla, se convirtió en el símbolo del Día Panamericano del Médico, que este año tuvo a muchos galenos alzando su voz de protesta. El motivo: la pandemia de COVID-19.
“El coronavirus desnudó ante la sociedad la debilidad del Sistema de Salud, Ley 100/93 y nuestra precaria situación laboral. En nueve meses se infectaron más de mil médicos y perdimos decenas de colegas y compañeros, enfermeros, técnicos y profesionales de la salud como consecuencia de la pandemia, pero también por la ineptitud, las deficiencias y fallas del propio modelo de salud”, dice un comunicado de la Asociación Médica Sindical Colombiana (ASMEDAS).
Sus peticiones al Gobierno nacional, así como a los departamentales, distritales y municipales, a dueños de clínicas, a las EPS, a las pre-pagadas y laboratorios farmacéuticos, es “que no gasten su dinero en anuncios de felicitación. Preferimos que lo destinen a mejorar nuestras condiciones de trabajo, nuestros magros salarios y a proveernos de los elementos de protección personal necesarios y adecuados que nos cuiden la salud y la vida”.
Particularmente, en su día, los profesionales exaltaron:
1. “Valoramos los aplausos espontáneos de la gente, pero más valoramos a quienes siguen las normas de distanciamiento físico, social y protocolos sanitarios, porque al cuidarse, nos cuidan”.
2. “Agradecemos a nuestras familias por el aguante y les pedimos disculpas por nuestras ausencias, por los riesgos de la convivencia y por aportar pocos recursos económicos”.
Gracias a su compromiso, valentía y sacrificio, miles de personas que se enfermaron en 2020 se recuperan satisfactoriamente y en esta Navidad podrán estar junto a sus seres queridos. Ayer, en la torre Colpatria, estuvo proyectada una animación de agradecimiento durante dos horas a quienes han demostrado su compromiso con la ciudad brindando cientos de horas de trabajo para salvar vidas.
Desde la Sociedad Colombiana de Anestesiología (SCARE), se ofrecieron eucaristías por los médicos y colegas enfermos y también por los que han perdido la batalla en medio de la pandemia.
Se conmemoró con la misa a aquellos que están al frente con su profesión, en medio de la coyuntura, y también se oró por sus familias.
Asimismo, desde la asociación hubo actividades para visibilizar la profesión de Anestesiología, su compromiso y trabajo en medio de la pandemia, por la humanidad. Por su parte, el Colegio Médico Colombiano exaltó: “Este año hemos mostrado una vez más el valor y significado de nuestro juramento hipocrático; hemos sido los principales protectores de la humanidad. Hemos perdido a seres queridos y colegas en una lucha por la vida. Tenemos la responsabilidad de honrar a nuestros colegas”.