Las lenguas, además de permitirnos comunicarnos con los demás, son el instrumento que tenemos para vehicular los pensamientos, la identidad, el conocimiento y la manera de ver y entender el mundo. Dominar más de una lengua nos enriquece, es una puerta de entrada a otras culturas y, además, según lo que ha descubierto un equipo de investigadores liderado por científicos de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC) y la Universidad Pompeu Fabra (UPF), usarlas activamente nos aporta beneficios neurológicos y nos protege frente al deterioro cognitivo asociado al envejecimiento.
En un trabajo que publican en la revista Neuropsychologia, los investigadores llegan a la conclusión de que hablar dos idiomas de manera habitual —y haberlo hecho toda la vida— contribuye a la reserva cognitiva y retrasa la aparición de síntomas asociados a un empeoramiento de la cognición y la demencia.
De acuerdo a la Fundación Alzheimer, el número de personas con la enfermedad de Alzheimer pasará de 5 millones a más de 20 millones en 2050, pues a la fecha la prevalencia mundial de demencia en América Latina ha alcanzado el 7-8%, siendo la enfermedad de Alzheimer la más frecuente.”Se ha visto que la prevalencia de la demencia en países donde se habla más de una lengua es un 50 % inferior a la de las regiones en las que la población solo utiliza un idioma para comunicarse”, afirma el investigador Marco Calabria, profesor de los Estudios de Ciencias de la Salud y miembro de los grupos de investigación Cognitive NeuroLab de la UOC y de Speech Production and Bilingualism de la UPF.
Trabajos anteriores ya habían hallado que el uso de dos o más lenguas a lo largo de toda la vida podía ser un factor clave para aumentar la reserva cognitiva y retrasar el inicio de la demencia; también que comportaba ventajas de memoria y funciones ejecutivas. “Nosotros queríamos averiguar cuál es el mecanismo por el que el bilingüismo contribuye a la reserva cognitiva frente al deterioro cognitivo leve y la enfermedad de Alzheimer, y si había diferencias respecto al beneficio entre los diferentes grados de bilingüismo, y no solo entre personas monolingües y bilingües”, señala Calabria, que ha dirigido este estudio.