Según la OMS, se estima que cada año se producen en el mundo 132.000 casos de melanoma maligno (el cáncer de piel más dañino que existe) y mueren aproximadamente 66.000 personas por causa de éste y otros tipos de cáncer de piel. Es por esto que las entidades de salud buscan fortalecer el conocimiento, la detección temprana y el tratamiento oportuno de dicha enfermedad.
El diagnóstico precoz y oportuno del melanoma tiene un efecto significativo sobre la supervivencia y la morbilidad asociada al tratamiento. Según el informe de la CAC-2018, en nuestro país fallecieron 269 personas por melanoma entre 2017 y 2018 y la oportunidad de atención del paciente con melanoma en Colombia establece que el tiempo entre la sospecha y el diagnóstico es en promedio de 71 días y entre el diagnóstico y el tratamiento es de 78 días.
Todos presentamos en algún lugar de nuestra piel lunares, pecas o manchas, ya sean de nacimiento o aquellas que aparecen en un momento determinado de nuestra vida y es por eso que es habitual no prestarles la atención que requieren, sin embargo, la aparición espontánea de manchas en la piel y la apariencia de las mismas es de suma importancia y requiere de toda nuestra atención.
Programas como “Busca el punto” de Bristol Myers Squibb contribuyen al diagnóstico temprano de patologías oncológicas complejas, concientizando a la población sobre este padecimiento por medio de un llamado activo para evitar factores de riesgo, siendo vital para ello el ABCDE del melanoma], una guía básica que utilizan los dermatólogos para evaluar la apariencia de los lunares y establecer el riesgo de existencia de Melanoma:
Asimetría: Lunar con formas asimétricas.
Bordes: Bordes irregulares.
Color: Color no homogéneo, es decir, dos o más colores en la misma área.
Diámetro: Diámetro superior a los 6mm.
Evolución: Cambios en el tamaño, forma, color, o en otro aspecto.
Algunos factores de riesgo como la edad, la raza y antecedentes familiares no se pueden controlar, sin embargo existen cuidados que podemos tomar de forma habitual para disminuir el riesgo de padecer melanoma o cualquier tipo de cáncer de piel.
Es importante limitar al máximo la exposición a rayos ultravioleta, usar fotoprotección con FPS mayor a 50, buscar mantenerse a la sombra, cubrir el rostro con gorras o sombreros, evitar las cámaras bronceadoras y las lámparas de sol, pero sobretodo cuidar y proteger la piel de los niños, en quienes podemos crear una cultura de cuidado de piel desde temprana edad.