En mayo de 1918, cuando se acercaba el fin de la Primera Guerra Mundial, habitantes de Alemania, España y Estados Unidos, entre otros, empezaron a presentar síntomas como tos y dolor de cabeza. Aunque pareció inofensivo al principio, se trataba de un tipo de influenza que contagió a más de un cuarto de la población mundial y causó la muerte de hasta 100 millones de personas, una cifra mayor que el total de fallecidos durante los cuatro años de esa guerra. Este virus fue apenas una de las epidemias que enfrentó la población en el siglo XX. Por fortuna, en esa época también avanzó el conocimiento científico y el desarrollo de vacunas y tratamientos. En el marco de la 18° Semana de Vacunación de las Américas (del 25 de abril al 2 de mayo), expertos resaltan:
- Las vacunas contra los distintos tipos de influenza.
Desde la primera que se desarrolló en 1938, han salvado la vida de millones de personas. Sin embargo, de acuerdo con la Organización Mundial de la Salud, la infección por influenza sigue siendo la causa cada año de entre 290.000 y 650.000 muertes que podrían prevenirse con la vacunación.
- La erradicación de la viruela en 1979.
Solo en el siglo XX, esta enfermedad acabó con la vida de 300 millones de personas en el mundo y permanecía como uno de los retos más importantes para la salud pública. Las vacunas pueden prevenir enfermedades como la difteria, la hepatitis B, el sarampión, la tos ferina, la neumonía por neumococo, la diarrea por rotavirus, la rubeola, el tétanos entre otras.
En la actualidad, la tasa mundial de cobertura de vacunación se mantiene en 86%, lo que evita entre dos y tres millones de muertes al año. De hecho, si se mejora la cobertura vacunal mundial, se podrían evitar otros 1,5 millones de defunciones.
Respecto a la vacunación en Colombia, se estima que su esquema es uno de los más completos de América Latina. Este incluye 21 vacunas para el control de 26 enfermedades.