La OMS define la adherencia al tratamiento como el cumplimiento del mismo, es decir, que el paciente tome la medicación de acuerdo a la prescripción, con la misma dosis, y que persista a lo largo del tiempo cuando es un tratamiento crónico más largo. Como explica la doctora Milagros González Béjar, una falta de adherencia supone una pérdida de tiempo para ambas partes; tanto para el médico, que intenta hacer un diagnóstico correcto y poner el tratamiento que más se ajuste a la patología del paciente, como para este. Algo para lo que, como explica, es crucial tener una buena educación para la salud. “Tiene que ser conocedor de su enfermedad y de los beneficios que le aporta un buen tratamiento”.
“Existen muchos test en la actualidad para medir esto, mediante una serie de preguntas, si el paciente está cumpliendo o no su tratamiento“, explica la doctora.
Se hace desde la consulta y, como ella cuenta, son preguntas que no llevan mucho tiempo y “nos da una idea de si el paciente está cumpliendo”. Estas preguntas se interesan en una conversación con el paciente de manera informal por aspectos como si olvidan alguna vez tomas sus medicamentos, si los toman a la hora indicada, si cuando se encuentran bien los dejan de tomar o si dejan de tomarlos si alguna vez se sienten mal.
Desde los centros de atención primaria se pueden hacer estrategias de apoyo supervisando al paciente y recordándoles la toma de medicamentos, pero el apoyo familiar en estos casos es también una pieza clave. “Lo más importante es el paciente, pero en muchos casos es el cuidador el que se hace cargo de dosificar la medicación y reponerla cuando falta. Por eso es importante que sea conocedor de la enfermedad tanto como el propio paciente”.