Expertos de Mayo Clinic recomiendan dentificar los factores que desencadenan tu estrés, para mejorarlo. Considera cada situación y busca formas de resolverlos. Por ejemplo, supongamos que estás atrasado en el trabajo porque tienes que salir antes para recoger a tu hijo del colegio. Quizás puedas preguntar a otros padres o a algún vecino si sería posible turnarse para ir por los niños al colegio, o tal vez puedas empezar a trabajar más temprano o tomar un receso más corto de almuerzo ese día. A menudo, la mejor manera de lidiar con el estrés es encontrar la manera de modificar las circunstancias que lo provocan.
Comenzar a afrontar el estrés en el trabajo requiere primero identificar los desencadenantes. Por eso, durante una semana o dos, registra las situaciones, los sucesos y las personas que suscitan una reacción física, mental o emocional negativa en ti. Incluye una breve descripción de cada situación, mientras encuentras respuesta a preguntas como las siguientes:
·¿Dónde estabas?
·¿Quién estuvo involucrado?
·¿Cuál fue tu reacción?
·¿Cómo te sentiste?
Luego, evalúa ese inventario del estrés.
Fija objetivos realistas. Trabaja con colegas y administradores para establecer expectativas y plazos realistas. Establece revisiones de progreso regulares y modifica tus metas según sea necesario.
Haz una lista de prioridades. Prepara una lista de tareas y clasifícalas en orden de importancia. Durante el día, consulta la lista de prioridades y trabaja en las tareas siguiendo el orden de importancia.
Protege tu tiempo. Si tienes un proyecto difícil o de especial importancia, reserva tiempo para trabajar en él sin interrupciones. Además, divide los proyectos grandes en tareas más pequeñas.
Cuando tu trabajo es estresante, puedes sentir que absorbe toda tu vida. Para mantener las cosas en perspectiva intenta los siguientes consejos:
Obtén otros puntos de vista. Habla con colegas de confianza o con amigos sobre tus problemas laborales, esas personas pueden darte opiniones o sugerencias para afrontar la situación. A veces, el simple hecho de hablar sobre un factor de estrés puede aliviarlo.
Cuídate. Presta atención a tu salud. Incorpora la actividad física a tu rutina diaria, duerme bien y aliméntate sano.
Toma un descanso. Aprovecha al máximo las pausas de tu jornada laboral, porque hasta unos minutos de tiempo personal durante un día de trabajo ajetreado pueden ser reparadores. Asimismo, tómate un descanso cuando puedas, ya sea unas vacaciones de dos semanas o un fin de semana largo. Intenta no pensar en el trabajo en determinados momentos, por ejemplo, no revises tu correo electrónico en casa por la noche. Para evitar el agotamiento, resérvate un tiempo para hacer actividades que disfrutes, como leer, socializar o practicar algún un pasatiempo.
