Una herida se define como una pérdida de la continuidad de la piel, donde el contenido interno sale al exterior; aunque también pueden haber heridas cerradas, como los hematomas.
Hay dos tipos de heridas: agudas y crónicas, cuya principal diferencia está en el tiempo de cicatrización. Con una herida aguda, el paciente tiene un promedio de cicatrización de 7 a 14 días, si no hay infección, complicación y si la persona no tiene ninguna enfermedad de base.
Por su parte, las heridas crónicas son las que normalmente llevan a la gente a los hospitales, porque pueden pasar toda su vida con ellas. Estas necesitan largos periodos para sanar. “En este grupo están las úlceras varicosas, las úlceras por presión (conocidas como escaras) o el pie diabético. Estos pacientes pueden tener las heridas abiertas por años, pueden ser 15 o 40 años”, afirma Juan Carlos Restrepo, profesor de la Universidad del Antioquia con doctorado en Manejo de Heridas y Fiscal de Fundepiel Colombia.
Estas ocurren cuando una persona está en la misma posición durante mucho tiempo. La presión constante sobre un área del cuerpo hace que la piel no reciba el oxígeno necesario y los tejidos se deterioren o mueran. En un nivel muy bajo, las heridas por presión aparecen después de 1 hora y media en la misma posición (el caso de las marcas rojas que aparecen por estar sentado en una silla, por ejemplo). Cuando la lesión es grave, puede llegar al hueso, por la pérdida de músculos.
- Existe un componente genético en las heridas por presión. Es decir, que si sus padres alguna vez sufrieron de alguna úlcera por presión, usted tiene 30% de probabilidad de desarrollarlas.
- Mal cuidado de profesionales y cuidadores. Estas úlceras se pueden evitar hasta en un 98% si al paciente lo voltean de posición, le cambian el pañal con frecuencia y lo mantienen en movimiento.
- Si el paciente está en cuidado crítico y no se puede mover porque se descompensa, este tipo de úlceras pueden ir de la mano con la enfermedad. “Para estos pacientes están las superficies de control de presión como los colchones anti escaras, que funcionan aunque no se cambie de posición al paciente. Pero nuestro sistema de salud no tiene los fondos para comprar esta cosas”, lamenta Juan Carlos.
“Para las heridas crónicas compran cremas de manos, o cremas contra la pañalitis, si la persona no tiene más opción, que las utilice, pero estas cremas con base en óxido de zinc no se recomiendan porque se pegan mucho al paciente y cuando la retiran pueden producir lesiones por fricción. Lo último en novedades es usar ácidos grasos hiperoxigenados, que los consigue en cualquier farmacia, o lo más reciente también es usar aceite de oliva extravirgen (ojo, el extravirgen). Se aplica directamente sobre la piel del paciente, no sobre la herida. Esto se absorbe y dura de 6 a 8 horas aplicada sin ruptura de la piel”, continúa Juan Carlos.
El aceite de oliva se absorbe porque entre sus componentes tiene ácidos grasos esenciales, que incluso el mismo cuerpo tiene.
¿Y sobre la vaselina?
“Es común que se use vaselina, lo cual no recomendamos porque es un petrolato. Lo que hace es tapar los poros de la piel y aumenta la temperatura, cambiando el microclima de la piel y haciendo que la herida se rompa más rápido. Un ejemplo de esos petrolatos pueden ser ciertos tipos de aceites de esos muy populares que las personas se lo echan, por ejemplo, para ir a playa y después de un montón de horas aún lo tienen pegado. Esa herida pasa tan cubierta que no puede transpirar”, dice Restrepo.

No debe automedicarse.
No debe ir donde charlatantes que ofrezcan ungüentos milagrosos.
La homeopatía debe tratarse con cautela, porque hay tratamientos que sí les han funcionado a algunos pacientes pero a otros no. Cada paciente es un mundo.
Deben saber que un profesional médico o un equipo médico tiene que ver la herida.
Nunca deje de lado las recomendaciones ni el tratamiento del médico profesional.
“Pasa que, por ejemplo, las medias de compresión no se las ponen los pacientes porque aprietan o porque no les combinan con la ropa. Y toda la vida siguen con su lesión”, advierte Restrepo.
“Cuando el paciente sufre una herida hay que tener en cuenta que primero hay que hacerse evaluar por el personal encargado, porque pasa mucho que las personas se empiezan a poner lo que el tío o la vecina les dice porque a ellos les sirvió. Todas las heridas, aunque parezcan similares, tienen una cicatrización diferente. Esto lo que crea es demora en la sanación”, enfatiza el experto.