comscore
Salud

Niños con diabetes: nadie tiene la culpa

La diabetes tipo 1 en niños no se puede prevenir ni evitar, y es importante contarle a los padres, pues muchas veces ellos se sienten culpables por falta de información.

Niños con diabetes: nadie tiene la culpa

Lo importante es llevar un tratamiento adecuado y un plan de alimentación acorde con sus necesidades.

Compartir

La diabetes, descrita de una forma sencilla, es una alteración del funcionamiento normal del organismo cuando las concentraciones de glucosa en sangre se elevan a cifras más altas de lo normal. Esto ocurre debido a dos importantes razones:

1. Aunque el cuerpo produce la insulina, existe una resistencia en la misma y no cumple su función correctamente (como la diabetes tipo 2).

2. El cuerpo, debido a razones casi siempre autoinmunes, definitivamente no puede producirla (como en la diabetes tipo 1).

Diabetes tipo 1

Son los alimentos que consumimos los que nos proporcionan la energía suficiente para realizar nuestras actividades cotidianas; la mayoría de estos productos se convierten en partículas de glucosa que pasan a la sangre y a todas las células del cuerpo. Sin embargo, cuando la glucosa se acumula en el torrente sanguíneo, sobrepasa los niveles normales, pues “todos los seres humanos necesitamos glucosa y debemos tener entre 70 y 110 miligramos por decilitro para que todo nuestro cuerpo funcione a la perfección”, explica Ángela Jaramillo, educadora en diabetes de la Asociación Colombiana de Diabetes, Asodiabetes.

En la diabetes tipo 1, los niveles de glucosa en sangre aumentan debido a una situación irregular con el sistema autoinmune, “muchas veces ese sistema inmune, al tratar de defenderse de agentes agresores, crea unas defensas llamadas anticuerpos que atacan, y en algunos casos, esa arremetida destruye las células beta del páncreas, acabando con la producción de insulina”, dice Ángela Jaramillo.

En esos casos, que corresponden a la mayoría de diabetes en los niños, el cuerpo no producirá insulina nunca más. Desde el momento del diagnóstico y durante toda la vida es necesario inyectar insulina para regular el sistema.

Por tanto, la diabetes tipo 1 es de origen autoinmune. No es hereditaria. Se nace con una tendencia pero se necesita un factor desencadenante. Ocurre en bebés, niños, adolescentes y jóvenes menores de 30 años. “No se puede prevenir ni evitar, y esto es importante decirlo a los padres de niños con diabetes, que muchas veces se sienten culpables por falta de información”.

Recomendaciones

“La buena noticia es que con la diabetes tipo 1 es posible vivir muy bien”, asegura la psicóloga Liliana Carvajal, de Asodiabetes. Lo importante es llevar un tratamiento adecuado, un plan de alimentación acorde con sus necesidades. En ese sentido, es importante observar una dieta con base el en consumo de vegetales, verduras, frutas y porciones bajas de carbohidratos. También buenos hábitos de higiene, sumado a realizar rutinas de ejercicios no tan extensas. Para conseguir un buen control de la enfermedad en todos sus tipos, es imprescindible la educación terapéutica en diabetes impartida por profesionales sanitarios (médicos, nutricionistas, diabetólogos, pediatras, sicólogos o enfermeras), que formarán y realizarán un seguimiento.

Un buen control de la enfermedad en los niños, se consigue modificando los hábitos que fuesen necesarios para seguir el tratamiento (alimentación, ejercicio físico, tratamiento farmacéutico, etc.).

Únete a nuestro canal de WhatsApp
Reciba noticias de EU en Google News