Según la Sociedad Colombiana de Urología, “más de la mitad de los hombres mayores de 40 años, en Colombia y Ecuador, sufre algún grado de alteración con su erección”, por lo tanto, abordar este tema debe ser imperante, pese al tabú que recae sobre estos pacientes.
Anotan que una de las causas por la que ocurre la disfunción eréctil es el tabaquismo, que aumenta el riesgo en pacientes con enfermedad coronaria e hipertensión. Con la edad, sin embargo, aumenta la prevalencia de este problema, que está directamente relacionado al envejecimiento.
Algunos de los factores de riesgo para disfunción eréctil son: diabetes, sobrepeso, síndrome metabólico, dislipidemia (la presencia de elevación anormal de concentración de grasas en la sangre), depresión o uso de algunos medicamentos para la hipertensión o trastornos psiquiátricos.
Según el psicólogo clínico Jaime Acosta, “la cifra de jóvenes con disfunción eréctil aumenta cada día, generando conflictos de pareja, pérdida de autoestima, inseguridad, depresión, ansiedad, y muchas veces los lleva a evitar tener relaciones sexuales por temor al fracaso”.
Pero el doctor Acosta afirma que, a menos que se tengan los factores de riesgo descritos anteriormente, generalmente las causas de este problema son psicológicas.
También advierte que, cuando se autoprescriben los potenciadores sexuales sin supervisión médica, se genera dependencia y pueden aparecer efectos secundarios para la salud. “Muchas veces la explicación de la disfunción eréctil se reduce a decir que hay bajos niveles de testosterona y se formulan medicamentos para subirlos, pero no se explica que esto puede deberse a factores psicológicos como el estrés y la ansiedad anticipatoria. Los medicamentos brindan soluciones temporales porque actúan mientras dura su efecto. La testosterona es la hormona de la sexualidad masculina y en situaciones de estrés el cerebro prioriza la descarga de otras neurohormonas para la supervivencia, como el cortisol, lo que prepara al cuerpo para enfrentar la situación o escapar de ella y al reducir la testosterona se afecta la respuesta sexual”, afirma el doctor Acosta.
“El sistema nervioso autónomo se divide en simpático y parasimpático. El primero se activa ante las situaciones de estrés y el parasimpático interviene en la erección, los dos actúan antagónicamente, es decir si uno se activa el otro se inhibe. Por esta razón si hay ansiedad al tener la relación sexual, se produce la inhibición del parasimpático, lo que dificulta la erección”.
Pero ocurre que se presentan episodios de disfunción eréctil en forma circunstancial, explica el especialista, debido a “cansancio, preocupación, ansiedad, y a partir de esa mala experiencia sexual se puede generar temor a no responder bien y se produce ansiedad anticipatoria, lo que condiciona y programa al cerebro para anticiparse negativamente el fracaso sexual”, finaliza.