Podría decirte que tengo un padre que devora libros de ficción y de historia, un abuelo que leía política, filosofía, religión, y una abuela materna que me leía y contaba historias de tradición oral como Tío Conejo, Tía Zorra o el Mohan. Esta mujer, que no terminó sus estudios, leía lo que llegaba a su pueblo. En ese entonces no recuerdo una biblioteca pública, recuerdo que ella compraba paquitos, como lo llamaba en su época: Memín, Arandú, Águila solitaria o historias de Corín Tellado y Agatha Christie, todo mezclado con clásicos de la literatura universal”, me cuenta la docente y poeta afrocolombiana Claudia Silgado Villadiego, quien hace parte de la estrategia Promotores de Lectura Regional.
Claudia cuestiona algo importante, que nos compete a todos como comunidad. “Indudablemente, pedimos a gritos que todos lean, pero ¿qué hacemos como personas o ciudadanos, para que otros lean?”, me pregunta. Por eso, ella aboga por programas de lectura continuos a nivel departamental y nacional, viajando a diversos puntos del país, motivando e incentivando la lectura incluso en voz alta, pues dice que leer para otros “es vital”.
“Leer en voz alta es posibilitar la cercanía a otros a nuevos autores, mundos imaginarios, personajes, historias verídicas o irreales. También incluye que estés relajado, que no tengas nervios, que confíes en ti y en el libro para transmitir esa seguridad a las personas que te escuchan”, me cuenta.
1. Nos hace tener pensamiento crítico:
En la formación académica, así como en todos los aspectos de la vida, el pensador crítico podrá transformar su vida al volverse más analítico y calculador con sus pensamientos, al mismo tiempo que procurará una producción del conocimiento que le ayudará́ a la consecución de una vida mejor.
2. Nos ayuda a tomar decisiones:
Al leer, la persona se torna intelectualmente curiosa, es decir que buscará argumentos verdaderos y de esa forma decidirá en qué creer.
3. Amplia el vocabulario de quien lee:
Nuestro idioma es inmenso y lo desconocemos en un gran porcentaje. La lectura nos dota de las palabras para expresar nuestros sentimientos, emociones o creencias.
4. Aumenta la concentración:
Ayuda a mejorar la concentración, pues ejercita nuestro cerebro dado que, mientras lees, tienes la capacidad de imaginar el texto. Asimismo, nos transporta gratuitamente a través del espacio y el tiempo. Esto posibilita, según expertos, activar regiones cerebrales que propician procesos de imaginación a partir de los acontecimientos de la narración.
“Para hablar de lectura se hace necesario en este siglo empezar a leernos a nosotros mismos, como familia, amigos y comunidad, por que la lectura del ser incluye sentimientos y emociones que nos permiten resistir en este universo”, finaliza Claudia.
