¿Lentes de contacto, gafas o una operación láser? Esta es la encrucijada de muchas personas cuando padecen enfermedades visuales. Cada uno tiene sus ventajas y sus desventajas, por eso es bueno analizarlos en detalle.
Todos sabemos que la principal desventaja de las gafas es que tienden a caerse, partirse, o rayarse, mientras que los problemas visuales más severos, a veces ameritan lentes más gruesos.
La ventaja es que con las gafas hay facilidad de ‘poner y quitar’, y hay quienes no las usan de manera permanente.
Los diseños atractivos y a la moda también son una ventaja y no olvidemos que las gafas ayudan además a proteger sus ojos de la suciedad, el polvo y los insectos.
Según el oftalmólogo David P. Piñero, hay distintas clases de lentes, entre los que están los blandos y los duros. Dependiendo del que se escoja también está la opción de que sean desechables o de uso extendido.
Los lentes de contacto de uso prolongado son los que más contraindicaciones tienen. Entre ellas están:
- Inflamaciones o infecciones en la cámara anterior del ojo.
- Inflamaciones, infecciones o heridas en la córnea, la conjuntiva o los párpados.
- Déficit de producción lagrimal.
- Alergias severas tanto sistémicas como en la superficie ocular y anejos.
- Inmunodeficiencias.
- Estar tomando o usando medicación que pueda interferir en el uso de las lentes de contacto, tales como antihistamínicos, diuréticos o tranquilizantes.
- Personas sometidas a ambientes potencialmente contaminados o con mucha polución, o quienes se maquillen los ojos en exceso.
- Pacientes no cumplidores de las normas de utilización y de limpieza indicadas.
Lo bueno de los lentes de contacto es que son especialmente satisfactorios en pacientes con graduaciones elevadas.
También se tiene buena visión al levantarse por las mañanas desde el primer momento y hay comodidad para la realización de ciertas actividades.
La revista de Oftalmología Scielo, indica que la cirugía láser LASIK (la más popular) en los ojos está indicada para pacientes mayores de 21 años, con error de refracción estable, miopía o hipermetropía con o sin astigmatismo, o astigmatismo mixto.
Las personas que padecen de enfermedades vasculares de colágeno, autoinmunes o que están embarazadas no pueden practicársela. Tampoco se puede proceder a ella si el paciente tiene una historia de herpes simple o queratitis por herpes zóster, ya que está comprobado que el láser puede reactivar el virus.
Con el láser, se corta habitualmente una delgada membrana de la córnea, que a continuación se pliega hacia un lado. Luego, se extirpa el tejido necesario para corregir la deficiencia visual específica, lo cual se hace en cuestión de segundos.
Contras:
Según las estadísticas, después de la cirugía, el ojo seco es el efecto adverso más frecuente, con más del 95 % de los pacientes experimentando estos síntomas en el primer mes después del procedimiento.
